La mañana encendida. Juan FERRERA GILCuando la mañana se enciende, la víspera del otoño no solo sirve para anunciar la nueva estación y la novedosa luz que se avecina, con sus especiales y delicados matices, sino que, también, se convierte en un nuevo tablón de anuncios donde la esperanza se mestiza con el cielo y las nubes, recién levantadas, parecen airear las nuevas sensaciones; nubes que dulcifican la luminosidad que el sol, comedido y suave porque se acaba de despertar, aventura en el día que recién comienza.
Es la mañana encendida un lugar y una sensación; un espacio que habla de renovadas estructuras e ideas que acaban de nacer y en ella surge la esperanza de un día que no solo es una jornada más: la vida siempre es un regalo.
Juan FERRERA GIL
































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