
Si no te portas bien, los Reyes no te van a traer nada. Papá Noel te está observando todo el año, así que tú verás cómo te portas. Los reyes solo traen juguetes a los niños que se van a la cama temprano. Papá Noel siempre sabe quién ha sido bueno y quién no, así que más vale que empieces a ser bueno. ¿Cuántas generaciones han escuchado estas frases?
Habrá mucha gente que cree que no hay nada malo en ello. Tan integrado lo tenemos, tanto lo hemos vivido, tanto lo hemos mamado, que ni cuenta nos damos de que es un chantaje absoluto a nuestros hijos/as.
Pero es que es tan tentador… tener unos días al año que sabes que una sola frase acabará con aquél comportamiento que te desagrada. Y sin rechistar, sin explicar, sin negociar, sin pactar,… sin nada.
Tener una frase que sabes sí o sí, que va a causar su efecto de la forma más rápida. Saber que cuando tu hijo hace algo que no te gusta o que no debe hacer, con sólo decir esta frase mágica dejará de hacerlo.
¡Qué tentación!
En muchos hogares, los Reyes Magos son una excusa para manipular a través del chantaje. Lo tenemos tan normalizado que nos parece inofensivo, pero tiene múltiples implicaciones.
Te cuento por qué es una mala idea:
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Porque es mentira. Asúmelo, tienes los regalos comprados y encargados hace tiempo y porque a la hora de la verdad, van a recibir los mismos (si vas a amenazarles con algo, que al menos puedas cumplirlo)
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Chantajear a los niños (con lo que sea, no sólo con los Reyes magos) es faltarles al respeto.
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Porque el chantaje sólo evidencia tu falta de herramientas, de recursos, de paciencia.
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Porque provocamos miedo. Miedo a que no tendrán regalos en Navidad. Nosotros, los padres, no deberíamos de instalar el miedo en nuestros hijos, sino confianza. El mensaje subliminal y tóxico que estamos enviando a nuestros hijos es que sean buenos por miedo, no por razones, valores o principios.
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Porque da mal rollo. Pensar que hay alguien evaluando mi comportamiento las 24 horas del día es bastante horrible ¿no crees? alguien que te observa mientras duermes, mientras comes... ¡mientras vas al baño!... ¡qué mal rollo!
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Porque denotan amor condicionado. Tendrás lo que pides si te comportas como yo quiero o digo. Te quiero siempre y cuando hagas lo que yo digo.
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Porque supone imponer un sistema de recompensas y castigos. Seguro que no quieres que tu hijo aprenda a portarse bien por el interés.
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Porque no es respetuoso. Respetar a una persona incluye evitar los chantajes y las amenazas y esta estrategia, por muy efectiva que sea, no es muy respetuosa que digamos.
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Porque su educación es tu responsabilidad…no la delegues en Papá Noel.
Sí, es un recurso que a partir de noviembre suele ser bastante utilizado pero a partir del 7 de enero… ¿qué va a pasar? Seguiremos faltos de herramientas y paciencia, y la frase no nos servirá, porque faltará tanto para las próximas Navidades que no va a colar.
Cuando chantajeamos, estamos cayendo en el recurso fácil… lo difícil es dedicar tiempo y paciencia explicándoles, si hace falta mil veces, cada cosa que necesiten mientras les acompañamos en su crecimiento.
Es cansado, a veces, agotador. Pero lo otro, abusar de nuestra posición, chantajearles cada dos por tres metiéndoles miedo en el cuerpo es cruel.
Tenemos que dejar de hacerlo.
Para otro artículo daría hablar de otro tipo de incongruencias de la crianza y en la época navideña.
Esa en la que te pasas el año entero recordándole a tu hija o hijo que no vaya con ningún extraño, que no coja caramelos de desconocidos, que no se fíe de quien no conoce, pero a finales de año, coincidiendo con las visitas de los reyes magos y papá Noel coges a tu hijo en brazos, lo sientas encima de un señor con sobrepeso y barba (aunque cara de bonachón) y le obligas a que lo abrace y lo bese (muchas veces mientras el niño da muestras de pánico) para tener un recuerdo en forma de foto en las paredes de tu salón.
Pero como decimos, eso da para otro artículo.































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