
“En los escaparates los libros salen al encuentro del lector, a quien imaginamos escudriñando el deseo recurrente de mirar: otra manera de leer.
Tal vez por eso esta vitrina portuense y tinerfeña (la imagen pertenece al Puerto de la Cruz) nos atrapó desde el primer instante. Tienen un encanto especial las librerías y sus variados mostradores expositivos, donde la vida queda enmarcada como si un cuadro fuera. En ellos podemos apreciar no solo la cotidiana existencia, sino que, además, la mirada interrumpe su agitado vaivén y dispuesta se muestra a no caer en el olvido.
Y, al final, intentamos atrapar el instante en un click.
Pero la realidad habitual y corriente es tan fuerte que ni nos dimos cuenta de que también nos proyectábamos en el cristal.”
Juan FERRERA GIL
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