La "Cartilla"
En tiempos no muy lejanos, la forma de vivir era diferente y las comodidades generalizadas no existían, los jóvenes tenían que esforzarse al máximo para hacer realidad sus sueños y uno de los más anhelados en esos momentos era obtener la independencia, puesto que los tiempos estaban bien definidos en las familias y la sociedad les daba rango de ley, así cuando por obligación tenían que hacer el servicio militar y cumplían con ello, se les consideraba hombres, y las chicas tenían una preferencia por ese nuevo estatus que les recaía a ellos que iba más allá del simple comportamiento de mariposear, puesto que la mayoría tenían los estudios encaminados y los patronos a los que le habían servidos para el aprendizaje les daba nueva categoría, pasaban de ser simples aprendices a oficiales porque ya eran hombres.
Poseer la Cartilla Militar era la línea roja en la que ya no se podía considerar joven. La propia familia con sutileza les daba carta de libertad porque habiendo cumplido con la sociedad sus neuronas se habían transformado y sentían la independencia como lo más valioso conquistado en ese nuevo periodo de la vida.
Hoy en día esa frontera ha dejado de existir, ya no se delimita con claridad esa etapa y aunque sean mayores serán para sí y la sociedad eternamente jóvenes, las familias asumirán que la independencia incrustada en el ADN de sus descendientes no se han desarrollado por lo que se sentirán decepcionados y frustrados al no poder lograr emancipar la prole.
El Servicio militar obligatorio cumplía una función de amalgama para todos aquellos que se reconocían como los de la Quinta al aunar en un solo colectivo a todos los jóvenes de diferentes opciones sociales sin distinciones de clase alguna: De derechas, izquierdas, altos, ricos, pobres…
Llegó el cambio, y se obvió la obligación de cumplir como se decía en aquellos tiempos, se arbitró barra libre y ahora esa etapa de la vida no tiene meta y por consiguiente no se sabe bien a que edad se deja de ser joven y la sociedad incluye en ese concepto a todos aquellos que permanecen sin independencia en la casa común de la familia.
Los sociólogos ya contemplan la necesidad que deba existir o crearse algo que sustituya claramente ese paso por la vida y que conllevaba una evolución mental, como así sucedía con la existencia del llamado Servicio, puesto que en ese periodo de tiempo se producía un cambio radical basado especialmente en tres principios: Disciplina, sacrificio y compañerismo.
El cumplimiento en su tiempo del llamado Servicio era el mecanismo de mayor igualdad que existía porque todos debían participar sin excepción alguna, haciéndose en la actualidad necesario ante el incremento desmesurado de la generación del Ni-Ni, abandono estudiantil, drogadicción, desestructuración familiar, pandillas, tribus urbanas,,…motivados esencialmente por la caducidad del modelo social y el fracaso de los sistemas educativos.
Los recientes acontecimientos mundiales nos debe poner en guardia. De ahí que se valore la adaptación o creación de algún nuevo sistema de prestación de servicio obligatorio que corrija las anomalías existentes en la sociedad actual y la reoriente hacia valores universales de convivencia.
Andrés Bolaños Jiménez
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