El muelle. Juan FERRERA GIL
“Pasear por el antiguo muelle pesquero, hoy eminentemente deportivo, constituía un placer que no estaba dispuesto a perder.
Por la mañana y por la tarde, si no tenía otro compromiso, quiero decir, si mi mujer no tenía otro compromiso que cumplir, como visitar a su hermana, por ejemplo, lo recorría varias veces de una esquina a la otra. Y me gustaba comprobar que las orillas de la bahía no solo estimulaban mi espíritu y mi visión ensoñadora del paisaje, sino que, en cuanto llegaba a casa, trataba de reflejar lo vivido por escrito en folios escondidos. Así estuve un tiempo.
Pero nunca llegué a publicar.”
































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