(148). LA BRISA DE LA BAHÍA. Diciembre de 2021 (*)

Este tiempo maldito que nos ha tocado en suerte ha sido un diciembre perverso: todo se repite y el virus vuelve a envalentonarse para consolidar su paseo mortal por nuestras islas.

Este mes insoportable lo vivimos con mascarilla y lo cierto es que los ojos resultan insuficientes para expresar asombro, alegría, extrañeza o tristeza. Así no hay forma de relacionarse. Estas últimas semanas, llenas de dolor y de inquietud, traen consigo el desasosiego y el desapego que provoca la desunión política, donde solo prevalecen los intereses de partido. Y así no hay manera de construir una esperanza y una utopía. O de que podamos alzar el vuelo mientras las estaciones se van sucediendo. ¿Se acuerdan cuando se cuestionaba el papel que desempeña el Senado y se hablaba de su desaparición? Ahora: ¡nada de nada! Todo sigue igual. Lo que sí se consolida es la desfachatez y las mentiras de los irresponsables políticos que dicen y dicen y dicen, como si una letanía bisbiseada se tratase, y ya alcanza niveles exponenciales. A mí me recuerdan dichas falsedades a los rezos monótonos de las beatas en las iglesias recitando de memoria el cansino rezo pausado del santo rosario.

Ahora ese adormecimiento está lleno de “otro ruido”, donde las redes sociales no paran de difundir mensajes falsos e interesados. Igual que antes pero con los medios de ahora, donde la “modernidad” se convierte en una bomba de relojería dispuesta a explosionar en cualquier momento.

En fin, los tiempos actuales: ¡¡tan llenos de faltas de ortografía!!

(*) Escrito en algún momento de diciembre de 2021.

Juan FERRERA GIL