El sol de la tarde. Juan FERRERA GIL“El sol de la tarde encendía, antes del anochecer, los altos edificios parisinos de la Avenida.
Desde donde nos encontrábamos, añorábamos bajar cuanto antes para disfrutar aquella caricia natural, florecida en las tardes de mayo que nos llenaban de regocijo. Cuando ese instante se verificaba, siempre en el mes en que la Primavera adquiere su bello nombre, el Hotel Londres, que marcaba la diferencia, venía a simbolizar el estilismo de un pasado perdido y, ahora, felizmente recuperado, en el que el paseo no solo era una opción más, sino que se ha convertido en una manera de ser y estar en el mundo. Allí, en el tercer piso, la abandoné para siempre después de la enésima discusión airada. Aunque todos me lo decían, aguanté la estocada como pude. Y la abandoné en aquella lujosa habitación entre delicados perfumes y afeites embriagadores.
Tiempo después supe lo mucho que me echaba de menos.”
Juan FERRERA GIL
































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.20