La torre de La Concepción. Juan FERRERA GIL“Aunque parezca que la Torre de la Concepción indique el final del camino, más allá de ella hay vida. Y mucha.
Cada sábado, y, sobre todo, si viene animado de un sol de otoño que calienta un poquito, la gente sale a la calle a dar una vuelta, saludar, charlar y cansar a los más pequeños, que siempre se adivinan como inasequibles al desaliento. Y porque la calle es fuente de salud y movimiento, en la que conocer se convierte en una aventura ampliamente deseada, adquiere más trascendencia de la que pensamos.
Por eso caminar y pasear por La Carrera es un lujo que nada cuesta: solo hay que tener piernas para andar y oídos para escuchar.”
Juan FERRERA GIL
































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