Libros y vino. Foto: Juan FERRERA GIL
“El escaparate de la vieja librería luce en todo su esplendor.
No sé por qué esta mañana de sábado otoñal se aventura en la combinación, tal vez, perfecta: libros y vino tinto, que aguza el ingenio. No sé si ambas cosas son compatibles: igual no es más que un recordatorio de que cada cosa está impregnada de su duración, su momento, su retiro deseado y ansiado: el libro logrará desvanecer el tiempo, y el vino, la mirada; tras la que se adivina una leve sonrisa de carcajadas inciertas.
En cualquier caso, la vieja librería mantiene su esencia. Y, tras muchos años de puertas permanentemente abiertas, es un logro que todavía guarde páginas y páginas de entretenimiento, con o sin vino.”

































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