La visión

Andrés Bolaños Jiménez

[Img #10001]El comportamiento humano es imprevisible, la mayoría de las veces se produce de forma voluntaria, fortuita o accidental, tal vez no es nuestro día, y lo asignamos a la buena o mala suerte según nos afecte anímicamente, pero a veces queremos razonar el por qué nos afecta positiva o negativamente, todo dependerá de nuestra interioridad que lo calificará de malo, perverso o bueno, puesto cuanto más ahonde en encontrar la razón del acto que lo haya motivado encontrarás alguna causa o motivo, ya que la perfección no existe ni tiene límite, porque siempre existe un punto más allá y una meta tras otra hasta el infinito dada nuestra condición humana no todo es malo, malo, ni bueno,bueno. Ahora bien, aquellos que tengan el ego superlativo nunca dudarán que tienen la razón y la motivarán a su favor aunque sea lo contrario y lo acomodará al más puro de los raciocinios, amañando cuantas excusas sean necesarias para salir bien de las situaciones en las que se encuentran, obviando el resultado de la balanza de la conciencia que siempre marca las diferencias entre el “Yo” y la del otro que interviene.

 

Cuando algunos humanos se encuentran con otros seres de la creación: Perros.. gatos....caballos ...surge una relación que corresponde a una clase de amor que podríamos denominar empatía, o sea yo soy tu amigo y tú de mí, ya que estos comparten la existencia del día a día y han adquirido algo de ti, y de ahí el concepto de domésticos que conlleva un valor añadido a su condición que por naturaleza le corresponde, ya que se humanizan tanto, que conocen hasta la psiquis de sus dueños y se convierten en verdaderos compañeros en el tránsito de la vida y soportan estoicamente los sinsabores de su existencia e incluso a mayor escala que los humanos.

 

Quién no ha sufrido o presenciado el final de alguno de ellos y por consiguiente el sufrimiento que soportamos por tal acontecer, en esa comparativa entre seres aparece una diferencia sustancial en la escala que escapa de lo humano y animal, que distinguen de forma inicua la equidistancia o frontera que no debe sobrepasarse que llamamos raciocinio. Entendemos que esa capacidad diferencial entre especies es esencial y que está reservada al carácter exclusivamente humano, y que cuando se altera el sentido de la razón se producen reacciones que se asemejan al comportamiento animal y la ley en muchos casos lo contempla como un estado en la que el individuo altera su condición humana y la propia sociedad lo califica de abominable.

 

Pero en la mera observación del comportamiento de los animales, nos encontramos en muchas ocasiones que esa frontera existente se diluye sin una respuesta clara al límite que hace posible la diferencia de una especie sobre otra. A veces los animales se comportan con valores humanos y los humanos como animales, y los límites que teníamos fijados se desmoronan como un azucarillo. Así pude observar en una ocasión, como un caballo que deambula juntos a otros en un terreno vallado, permanecía tendido en el suelo pero la manada a la que pertenecía le rodeó durante todo el día y la noche con las cabezas agachadas y los colas encogidas aunque llovía copiosamente, ninguno de ellos acudió a la cuadra ni le abandonaron hasta que un facultativo al día siguiente le practicó la eutanasia produciéndose el óbito dada su extrema situación.

 

Esa actuación de la especie animal me lleva a cuestionar y comparar con las actuaciones humanas en casos similares en que la que dejan a sus congéneres: Ancianos, enfermos desdichados... en la más absoluta soledad en ese trance de la vida y aún hoy visualizo en la realidad virtual del subconsciente aquel caballo que fue venerado por sus compañeros en el viaje final de su existencia.

 

Pero si ahondamos mucho más allá entre los seres humanos y las otras especies, las barreras que los dividen quedan disueltas, el amor, la fidelidad, defensa de la prole, sacrificio, el miedo, el dolor…etc…le son inherentes y mientras no exista la posibilidad comunicación neuronal entre las especies nos encontramos en mundos diferentes pero muy dependientes los unos con los otros en este que llamamos TIERRA, por lo que debemos considerar y respetar la vida con mayúsculas en todos sus aspectos porque no somos únicos y con la esperanza que algún día esa nueva tecnología IA ( inteligencia artificial ) que todo lo sabe, logre descifrar el encriptado neuronal en un lenguaje común y entendible entre las especies.

 

Andrés Bolaños Jimenez

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.60

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.