De Teror a Guía. Un manto para la Virgen

 

Tres kilos de oro de 18 kilates, quince metros de raso celeste llegado desde Barcelona, ochocientas zirconitas en color blanco y tonos verdes, quince metros de encajes de oro fino y nueve metros de tisú de oro realizado por artesanos valencianos y dos mil perlas; más un rostrillo bordado en un cuarto de kilo de oro acoplado por doce broches en plata montados en zirconitas blancas y doscientas perlas; se habían utilizado para el Manto que tal día como hoy estrenaba la Virgen de Guía, en el cierre del Año Mariano de 1988. El artesano bordador Paco Herrera lo había iniciado el 25 de agosto de 1987, pagado por la familia Ortega Ortega.

 

El 1 de enero de aquel año, Juan Pablo II anunciaba a todos los católicos del mundo la celebración de un Año Mariano como preparación a los 2000 años del nacimiento de Cristo; que se iniciaría el 7 de junio de 1987 en la solemnidad de Pentecostés y acabaría el 15 de agosto de 1988 en la fiesta de la Asunción de la Virgen María.

 

Ésa sería la razón.

 

 

Desde inicios del año siguiente se fueron dando los pasos en Guía para que aquella celebración de toda la Cristiandad y que acabaría el mismo día en que se celebraba la Festividad Mayor del municipio, tuviera en Guía una especial relevancia en su celebración. La clausura del año mariano estaría presidida por el cardenal venezolano Rosalío José Castillo de Lara, que estaría presente en los actos religiosos de aquel año. Además, se anunciaron una Muestra de Cine, la exposición a Guía y la Virgen y otra exposición filatélica donde se presentaría el matasellos conmemorativo con la efigie de la Virgen de Guía.

 

Los torneos de fútbol de aficionados, futbito, ajedrez, voleibol, la lucha canaria, el festival de natación, las verbenas amenizadas por los grupos Salsa Rosa y Deliciosa, los fuegos artificiales, cabalgatas, desfiles, conciertos, exhibición de gimnasia rítmica y danza, etc. protagonizaron parte de los eventos festivos de hace 35 años; pero el detalle principal sería el estreno del Manto Celeste y el pregón con el que el cardenal anunciaría su inicio.

 

El 7 de agosto de 1988, el cardenal Castillo Lara, pronunciaba el pregón que inició diciendo “hoy nos encontramos en uno de esos pueblos privilegiados, que une su nombre y su existencia a una ermita bajo advocación de Santa María de Guía” a la vez que afirmaba que era “sugestivo imaginarse ese crecer del caserío a la sombra de la Virgen. Seguramente las casas, de precaria construcción al principio, fueron embelleciéndose, ennobleciéndose en los materiales, elevándose en altura como signo de poder y prestigio”. Citando a López de Ulloa dijo que Guía era en lo antiguo un lugar más poblado y de mucho lucimiento de edificio, que tendrá más de 500 casas, todas habitadas de moradores naturales y que había en el lugar muchas personas nobles.

 

Relacionó la ermita con el descubrimiento de América, cuando afirmaba que “en el norte de esta isla de Gran Canaria, reclinándose casi en el Pico de la Atalaya, como permanente centinela, se asomaba al mar la ermita de Santa María de Guía. En otro extremo del océano, una ermita navegante, la carabela Santa María, avistaba el nuevo mundo. Un mundo que nacía mariano como en los brazos de la Virgen”. Afirmó que significado mismo del nombre de Santa María de Guía dejaba visible “la necesidad de un derrotero seguro, de una guía que sentían sobre todo los peregrinos, los caminantes y en forma aún más urgente y dramática los navegantes”

 

Asimismo, recordó “La fiesta de las Marías” y que la superación de la plaga de la langosta que estaba en su origen era como una ventana abierta al mar de las gracias obtenidas por intercesión de la Virgen patrona

 

Castillo Lara esperaba que en el futuro la Virgen continuara ocupando el mismo lugar en la geografía física y espiritual de esta ciudad y desempeñando idéntica función guiadora. Agradeció y felicitó a Pedro González Sosa por su interesante y acuciosa investigación histórica, para acabar diciendo y que en el camino de la vida se necesitaba siempre de una guía segura, continua y amorosa.

 

Tras el pregón cardenalicio se estrenó el Himno a la Virgen de Guía que el maestro organista de la catedral de Canarias escribiera a fines del XIX y que fue cantado por la coral Saint-Saéns de Guía y la coral de Gáldar.

 

El cardenal salesiano y de familia oriunda de nuestras tierras falleció en Caracas el 16 de octubre de 2007, a los 85 años; pero su nombre quedó ligado a la reciente historia de Guía.

 

El profesor Manuel Lorenzo Reina le dedicó en aquellos momentos unos versos, que reproduzco en parte

 

“Con una enorme alegría,

con orgullo noble y sano

vive la ciudad de Guía

el fin del Año Mariano.

Así nuestra capital

lo tiene bien merecido:

para el pregón ha traído

todo un señor Cardenal.

Cardenal Castillo Lara,

de ascendencia bien canaria,

con su verbo siembra y ara,

y con frase lapidaria,

fluidez y amenidad

y con prosa extraordinaria

ha desgranado la historia

de la mariana memoria

de nuestra noble ciudad.

En su cita han desfilado

luengos siglos, año y día

de un gran culto dedicado

a nuestra Virgen María,

de devoción centenaria

de esta tierra milenaria

a su Patrona y su Guía.

En fin, pregón exhaustivo

de un ilustre pregonero,

no dejando en el tintero

causa alguna ni motivo.

El pueblo en masa fundido

y mayoritariamente,

con su autoridad al frente,

a tal evento ha acudido:

y el pregón bien aplaudido,

cálida y solemnemente,

y a su Reina idolatrada,

que tierna y amablemente

posa, dulce, su mirada

sobre su pueblo y su gente.

Y en el aire serenado

se oye suave sinfonía

del siempre muy afamado

colosal Himno de Guía….”

 

El Manto que realizara Francisco Herrera y que llegó hace 35 años de Teror a Guía fue el impresionante y sublime atractivo que atrajo las miradas en la procesión del 15 de agosto de 1988.

 

 

La alegoría del Apocalipsis de San Juan que inspiró a Herrera, al decir que “Juan la vio en el cielo vestida de novia”; las rosas, lirios y rosas de Jericó; el anagrama del Ave María, rodeado con doce estrellas hicieron que Guía se enamorara de inmediato de esta prenda que aún hoy en día sigue simbolizando la pureza, el amor, la limpieza de alma con que todos los hombres y mujeres de Canarias miran a la Virgen de Guía y le abren su corazón para que entre.

 

Yo, por mi parte, utilizo la terorense autoría de esta tan hermosa prenda para felicitar con todo mi corazón a Guía, a Canarias en el Día de la Asunción y rogar que siga intercediendo desde este privilegiado lugar de Gran Canaria por todos los que la llevamos en el alma.

 

José Luis Yánez Rodríguez

Cronista Oficial de Teror