Diamantes en la arena

La playa de los diamantes, situada junto a un lago glaciar de nombre Jökulsárión, tiene un encanto muy particular pues los trozos de hielo procedentes de icebergs fragmentados son arrojados por las olas sobra la arena negra volcánica, donde resalta su blancura. Sólo el tenue azul del mar rompe el binomio blanco y negro del lugar. Parecen conjurarse misterio y belleza, y magia por supuesto, especialmente cuando uno se adentra en el lago, paseando en barco,  y contempla los grandes icebergs que se han desprendido del glaciar

…y escucha el ruido que se produce cuando chocan unos contra otros, un sonido estridente que pone los pelos de punta, o el que suena en su interior cuando empiezan a cuartearse y a derretirse.

Es impresionante, fantástico, me dijeron unos amigos míos, que estuvieron de viaje por  Islandia. No hay palabras, añadieron, que puedan describir la sensación que se tiene  al presenciar un fenómeno como el que se origina en una isla que es considerada la tierra del hielo y del fuego, donde conviven glaciares y volcanes. En verano es el país de la luz y en invierno se convierte en la tierra de las penumbras.

Esa convivencia entre hielo y volcán puede corroborarse en el alucinante y enorme glaciar del sudeste de Islandia, llamado Vatnajökull,

de donde parten  varios lagos, como el Jökulsárión, en el que navegan los inmensos icebergs que hemos visto. El paisaje que ofrece dicho glaciar es absolutamente salvaje y portentoso.

Hay otros glaciares más pequeños, como Sólhemajökull

…al cual se puede acceder con facilidad y que incluso permite llegar a tocarlo. También se nota aquí la conjunción entre hielo y volcán tan característica en la isla.

En el suroeste, a unos 115 kilómetros de la capital de la isla, Reikiavik, nos encontramos con la cascada de oro, Gullfoss,

…así llamada por la luz dorada que se refleja en sus aguas al atardecer, la cual se convierte mas adelante en un caudaloso río, cuyas aguas transcurren sobre suelo volcánico,

… y, ya en el sur de la isla, hay un lugar llamado Reynisfjára, también conocido como Black sand beach:

… donde a uno se le antoja que puede aparecer un barco vikingo en cualquier instante. Es una asombrosa playa, catalogada como una de las diez mejores del mundo, fuera de los trópicos, aunque es muy peligrosa, y existe una leyenda relacionada con los dos roques de basalto que se hallan en medio del mar:

… se cuenta que eran una pareja de trolls que trataban de arrastrar un velero hacia la costa durante la noche, para no ser vistos, pero el amanecer los pilló y la luz los convirtió en piedra negra, como negra es la arena de todas las playas de la isla.

Otra  pareja  despidió a mis amigos cuando callejeaban por Reikiavik,

… antes de partir para el aeropuerto a coger el avión de vuelta a Canarias, y entraron en un parque donde se exponían esculturas de metal. Iban tan ensimismados pensando en lo fabulosa que había sido la estancia en la isla que tuvieron la impresión de que las esculturas hablaban y se hacían entender perfectamente. 

Y mis amigos, más que maravillados por el encanto de aquel paraíso, reteniendo aún en la mirada todos los parajes visitados,  asintieron repetidas veces con la cabeza, convencidos de lo que las estatuas decían: que Islandia es un país mágico que parece estar sacado de otro planeta.

Texto: Quico Espino.

Información de Francisco Godoy Mateos.

Fotos: Carmen Celia Godoy Mateos