
La historia moderna del barrio de El Palmar y de la propia advocación mariana de Las Nieves tuvo varios hitos a partir de la mitad del pasado siglo, con la erección de la parroquia en 1943 y el atractivo que el clima y la vistosidad de sus tierras presentaba para la construcción de viviendas. Todo ello trajo consigo la ubicación de la población en la zona central de Las Huertas, hasta entonces preservada de toda actuación por su excelencia agrícola; y con ese nuevo planteamiento urbano, la traslación a Las Huertas de las infraestructuras educativas y sociales que irían apareciendo en torno al nuevo templo, la plaza y la edificación de la Asociación de Vecinos.
El inicio de todo este proceso fue la voluntad de los palmarenses de dar un nuevo enfoque a toda la vida del barrio y el paso para ello fue la colocación de la primera piedra del nuevo templo de El Palmar el 30 de septiembre de 1961.
Además de la participación de todo el vecindario y la del Ilustre Ayuntamiento de la Villa, sería muy destacada la presencia e intervención de un hijo del barrio que era por entonces, relevante personalidad de la vida social grancanaria: don José Bibiano Rodríguez.
José de Santa Bibiana Rodríguez, conocido popularmente como José Bibiano, nació en El Palmar el dos de diciembre de 1873, hijo natural de doña Francisca Rodríguez Guerra. Sus abuelos eran oriundos de Moya y Arucas. Según tradición oral la restauración de la ermita se debió a una promesa que le hizo a la Virgen de Las Nieves -a la que profesaba especial devoción desde niño- cuando viajando en avión a la península temió perder la vida en accidente aéreo. José Bibiano Rodríguez fue un extraordinario industrial carpintero, propietario de enormes fincas en Telde, con fuertes vinculaciones al mundo político y cultural grancanario. En una primera fase de apoyo al fervor palmarense por las Nieves pagó los nuevos bancos de la centenaria ermita de La Peña, la instalación del friso de madera que recubre las paredes y la limpieza y barnizado del techo. La obra la realizó José Acosta, trabajador en la carpintería que José Bibiano tenía en Las Palmas. Para ayudar en los trabajos del techo, Marcos Ojeda, dueño de la finca situada en el barranco de Lezcano frente a El Toscón y amigo personal del benefactor, envió algunos de sus obreros. Propuso quitar también las losas del pavimento, pero al final los vecinos del Palmar decidieron dejarlas por su antigüedad. La plaza de La Peña en agradecimiento popular recibió su nombre.
Hay que decir, sin entrar en ello porque no está relacionado con este tema, que el barrio vivió toda aquella época profundamente afectado por su relación con la Heredad del Pinillo y de la Pila, cuyas excavaciones afectaron los nacientes tradicionales de la población y que hasta que el ayuntamiento estableció la inicial infraestructura de abastecimiento de agua, llegó a sufrir momentos de fuertes carencias que motivaron manifestaciones de mujeres palmarenses caminando hacia Teror reclamando el agua para sus familias.
El apoyo de José Bibiano Rodríguez, el de su parentela en el barrio, la intervención del mayordomo por entonces don Juan Sánchez, la de su hijo el sacerdote Pedro Sánchez González y por supuesto la intervención del párroco de Teror Antonio Socorro; hicieron que adquiridos los terrenos e iniciadas las obras en 1961, todo fuera imparable pese a las dificultades hasta su inauguración cinco años más tarde. También lo sería el de todo el vecindario del barrio que se implicó durante años en la nueva obra y los hombres y mujeres que habiendo nacido en El Palmar, vivían en otros lugares, pero siguieron apoyando las inquietudes y progresos del mismo, con casos, y sirva de ejemplo con otros muchos el de doña Antonia Naranjo Lantigua.
En 1962 el 5 de agosto fue domingo, por lo que aquel año la celebración de la fiesta coincidió con la propia onomástica bajo la dirección del sacerdote José Hernández Barbosa. Con una masiva participación, mayor aún que la acostumbrada ya que tal como destacaba la reseña periodística, mucha gente pudo acudir en coche por la pista que los propios vecinos construían en el mayor entusiasmo con la colaboración del ayuntamiento siendo ello una “mejora notable que debe completarse con obras que la dejen perfectamente viable para dar comunicación a buena parte de la vecindad y fácil salida a los productos de sus ricas haciendas”
En un secular alarde de asistencia clerical acostumbrado en las fiestas de las Nieves; ofició Antonio Álvarez, coadjutor de la basílica de Nuestra Señora del Pino, asistido de Florencio Rodríguez Artiles; José Domínguez Pérez, párroco de San Bernardo en Las Palmas de Gran Canaria y Pedro Sánchez González. Asistieron asimismo Juan Suárez Ramos, primer teniente alcalde; Francisco Pérez Álvarez, segundo teniente alcalde, Sinesio Yánez Travieso, concejal por El Palmar; el sargento-comandante del Puesto de la Guardia Civil de la demarcación, Manuel Mérida Sejas, José Bibiano Rodríguez, Sebastián Jiménez Sánchez, patrono regional del Museo del Pueblo Español; etc.
Durante todo el día se instalaron en la plaza diversas atracciones para niños y adolescentes, y junto a ellas fue llegando la romería, que “este año ha superado a la de anteriores”, como escribió el corresponsal periodístico.
Pero no pudieron iniciar entonces el traslado de la imagen hasta Las Huertas por encontrarse la obra aún con las paredes a mitad de construcción por lo que no sería hasta un año después -hace seis décadas- cuando se pudo iniciar esta costumbre, que ya es tradición y símbolo de las fiestas de las Nieves.
SESENTA AÑOS DEL PRIMER TRASLADO Y LA PRIMERA MISA
El 11 de agosto de 1963 se celebró la fiesta principal. En las primeras horas de la mañana hubo misa rezada y a las once tuvo lugar la solemne función religiosa en la que ofició el Rvdo. Andrés Rodríguez, asistido de Florencio Rodríguez Artiles y de Pedro Sánchez González, actuando de preste el Ilmo. monseñor Antonio Socorro Lantigua.
Tanto a la función religiosa como a la procesión, asistieron nuevamente el alcalde Manuel Ortega con varios concejales; José Bibiano Rodríguez, Sebastián Jiménez Sánchez, y la Comisión organizadora de los festejos. A la procesión posterior asistió también la banda municipal de música de Teror.
Pero esta vez, al terminar la procesión por La Peña, la Virgen de las Nieves no volvió a la ermita, sino que enfiló por primera vez en una procesión-romería que “resultó muy devota y bellísima entre la arboleda característica del lugar y los arcos y enramadas confeccionados por los vecinos; una nota de singular colorido folklórico la dieron los romeros con sombrillas para así amortiguar los rigores del sol, y buena parte de la multitud portando en alto ramas de árboles. La casi totalidad de las casas del diseminado caserío lucían en sus frontis y azoteas colgaduras y banderas. Durante el trayecto, unos dos kilómetros, se quemaron grandes tracas, destacando las de Guanchía y la de la sociedad “Pirotécnicos reunidos”.
Al llegar por primera vez al solar donde se estaba construyendo su futura iglesia que aún carecía de techumbre; un imponente estruendo de gritos, vivas, tracas y voladores recibió a la Virgen de las Nieves que quedó velada por los asistentes hasta las cinco de la tarde en que tuvo lugar la celebración de una nueva misa; la primera misa que hace sesenta años se dijo en la iglesia de las Huertas de El Palmar con presencia de Nuestra Señora de las Nieves el 11 de agosto de 1963.
Para culminar los actos de aquel día, tuvo lugar la rifa de un arco valorado en más de tres mil pesetas; la banda municipal de música de la villa de Teror interpretó varias piezas musicales y Monseñor Socorro bendijo una campana de ciento sesenta kilos de peso, fundida en los talleres de José Santana Fleitas de Las Palmas de Gran Canarias, donada asimismo por José Bibiano Rodríguez. En la tarde de aquel mismo día se llevó a cabo el retorno de la imagen a la ermita de La Peña.
Tan sólo dos meses más tarde, el 20 de octubre de aquel año, el gobernador Antonio Avendaño Porrúa visitaba el barrio con el presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, Federico Díaz Bertrana; Monseñor Socorro Lantigua y las autoridades locales para inaugurar el camino rural que uniría las Tres Acequias con La Peña. Dice la crónica que el gobernador “fue entusiásticamente acogido a su llegada a la ermita de la Virgen de las Nieves” donde rezó y luego estuvo unos momentos hablando con los vecinos del lugar; para desde allí pasar a Las Huertas del Palmar donde también puso en servicio el camino rural que iba desde Los Granadillos al inicio del Lomo y que presuntamente sería continuada por los vecinos para tal como estaba proyectado, unirla con la carretera general de Las Palmas a Teror. El alquitranado de la misma se realizaría en su momento por el Cabildo Insular, ayudando las autoridades a los vecinos en su terminación.Ambas obras fueron realizadas por un presupuesto total de 310 mil pesetas.
Antes de regresar al casco de Teror se detuvo en la iglesia donde una niña de la escuela de Huertas del Palmar leyó unas cuartillas, en las que tras dar las gracias al Gobernador civil por su visita le expuso las necesidades más urgentes del Palmar: iglesia, escuelas y casas para maestros.
El señor Avendaño manifestó que no era ajeno a los intereses de los palmarenses, en especial a la cuestión sanitaria de las aguas que habían producido algunos focos de infección, problema que se había solucionado de momento con la colocación de una fuente pública, ya que la dispersión del barrio impedía poner el agua a domicilio.
EL PROCESO EN LOS AÑOS SIGUIENTES
En 1964 con la iglesia de Las Huertas sin concluir pera ya techada se decidió trasladar la imagen y dejarlas por varios días para celebrar las fiestas en su nueva situación.
El sábado 22 de agosto de 1964 se trasladó la Virgen y se inició la novena. El domingo hubo función solemne oficiada por Monseñor Socorro. A continuación, tuvo lugar la procesión, “entre tracas continuas y fervores populares”, la romería y diversos actos festivos que la mantuvieron durante barrios días hasta volver a La Peña.
No fue hasta dos años más tarde cuando se llevó a cabo la bendición del templo, aunque no se daba por concluida la obra iniciada en 1961.
En julio de 1966, el gobernador Alberto Fernández Galar, acompañado del vicepresidente del cabildo, Pedro Santana Artiles, varios consejeros, así como por Monseñor Socorro y las autoridades terorenses; procedió a la inauguración de la pavimentación de la pista abierta desde Los Granadillos al Lomo que pasaba justo al lado del solar de plaza e iglesia, así como el inicio del abastecimiento de agua a Huertas de El Palmar. Nuevamente, también visitó las obras de la iglesia de Las Nieves donde don Antonio Socorro pronunció un breve discurso en el que afirmó que para los barrios de Teror se habían ido logrando muchos servicios, de agua, luz, carreteras; etc., y que en aquel momento lo que El Palmar necesitaba era que se terminara su iglesia, para lo cual solicitaba ayuda del Cabildo Insular y al Gobernador. Fernández Galar contestó diciendo que ya se había traído el agua y la luz y que esto se debía a que los palmarenses habían colaborado y habían tenido alma para hacerlo, indicando que esta alma era la que iban a centrar ahora, con su ayuda, en su nueva iglesia. Terminada esta visita el Gobernador civil se trasladó a la ermita de Las Nieves, donde también inauguró el camino rural que iba desde la Peña hasta el Barranco del Pino, con un presupuesto de 208000 pesetas.
En la tarde del 5 de agosto salía la Virgen desde La Peña. Al llegar fue saludada con un general repique y quema de fuegos. Socorro Lantigua procedió entonces a bendecir provisionalmente el nuevo templo y el lienzo con la imagen de la Virgen de las Nieves, obra del pintor y sacerdote Juan Nuez.
Tras la llegada de la imagen, tuvo lugar el primer sacramento que se efectuó en la nueva iglesia: aquella misma tarde, entre inauguraciones y bendiciones se casaron Juan Mentado González y Luz Marina Santana Yánez, con el oficiante Monseñor Socorro un tanto asombrado por la juventud de la contrayente.
El 6 de mayo de 1969 fallecía José Bibiano Rodríguez. Su amigo Sebastián Jiménez Sánchez, investigador, delegado provincial de Excavaciones Arqueológicas en Gran Canaria, secretario del Museo Canario, quien le acompañara tantas veces a las fiestas de las Nieves escribió de él:
“Como un árbol leñoso, cual madera del Líbano, ha sido abatido por la muerte, a la muy avanzada edad de noventa y cinco años, el que en vida fuera muy querido amigo nuestro el señor don José Bibiano Rodríguez Guerra, terorense de pro, nacido al amparo de la Virgen del Pino, de la que era devotísimo hijo, y en particular de la localidad de El Palmar, donde viera la luz primera al cobijo de la Virgen de las Nieves, por la que también tuvo siempre y hasta los últimos momentos predilectísima devoción, en su recoleto santuario de La Peña, que visitaba frecuentemente…una señera institución, forjada en el bregar de su inicial artesanía de la carpintería y ebanistería para superarse luego en otras actividades y últimamente como agricultor, creando ricas haciendas en la ciudad de Telde. El norte de su vida fue el trabajo, y como tal fue ennoblecido y engrandecido…servicial y protector de obras religiosas y docentes. A ese su espíritu católico se debe la conservación de la recoleta iglesia de las Nieves, en el lugar de La Peña, El Palmar, de la villa de Teror, y en especial la construcción de la nueva y hermosa iglesia dedicada a la Virgen de las Nieves”
El mismo año se instalaban los altavoces en distintos lugares del barrio para difundir fiestas y anuncios; el párroco Pedro Suárez Medina era destinado a Tejeda y desde Haría llegaba Eusebio García Delgado
Las fiestas, ya consolidadas en el entorno de la nueva iglesia como de las mejores de toda Gran Canaria, comenzaban un auge que fue imparable en las dos décadas siguientes
PROGRAMA DE LAS NIEVES 1969
Domingo, 10 de agosto. Fiesta principal.
A las 11 de la mañana, solemne función religiosa. A continuación, magna procesión de Ntra. Sra. de las Nieves.
A las 8 de la noche, santa misa.
Lunes, 11. Solemne funeral por los difuntos de la parroquia.
ACTOS CÍVICOS
Sábado, 9. A las nueve y media de la noche, gran luchada canaria, entre Vencedor y Rumbo, con trofeos para el equipo que resulte ganador y para el luchador que más contrarios tire. A continuación, exhibición de fuegos artificiales.
Domingo, 10. A las 10 de la mañana. Feria de ganados. A todos los asistentes se les obsequiará con una botella de coñac y con premios a los mejores ejemplares.
A las cuatro y media de la tarde, partido de fútbol entre los equipos Juvenil Arucas y Juvenil Palmar, entregándose dos trofeos.
A las seis de la tarde, primer festival en honor de la Virgen, con la actuación del conjunto electrónico “Los Águilas Negras”; Rondalla del Corazón de Jesús; los cómicos Fulky y Juanito; los poetas Marcos, Antonio y Tik); los cantantes. Juan, Alfredo y Ricardo. Extraordinario festival realizado por los famosos artistas de la parroquia de San Rafael del Vecindario.
A las ocho de la noche, acto público, celebrándose el sorteo de la cocina a gas.
Lunes 11. A las seis de la tarde, gran carrera de bicicletas. Paseo y música.
Domingo 17. Partido de envite entre un potente conjunto de Las Palmas y una selección local, en disputa de un hermoso trofeo. Gran fin de fiestas.
Yo pude participar de todo aquello desde que al año siguiente se pudo comenzar a ver el fortísimo resurgir del grupo de teatro de El Palmar.
El 25 de julio de 1970 con diez años interpreté el primer papel de mi corta pero “intensa” dedicatoria al teatro aficionado.
El corresponsal de “El Eco de Canarias”, periodista y con el paso de los años buen amigo Sebastián Sarmiento, fue el culpable de mi primera aparición en los papeles públicos con la siguiente referencia:
“Se mostraron en escena, como obra central "El cuarto Mandamiento ", y otras dos de corte cómico, "La tía Urraca " y "Sindo el tonto ". Destacaron entre todos, por sus afortunadas intervenciones, … el niño José Luis Yánez, muy acertado y con gran simpatía”
Al mes siguiente repetimos en el Pabellón Victoria, de Teror.
La iglesia y plaza de Nuestra Señora de las Nieves de Las Huertas del Palmar fueron y son referentes de la vida en comunidad del barrio; siendo asimismo el eje urbanístico para el crecimiento poblacional y han servido durante sesenta años, conjuntamente con el colegio y la asociación de vecinos, para vertebrar la vida de los habitantes de El Palmar.
José Luis Yánez Rodríguez
Cronista Oficial de la Villa de Teror
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