Cazador. Foto: Juan FERRERA GIL“Ese viejo cazador, inmortalizado en un mural en el barrio aruquense de Santidad, donde la iglesia, nos está diciendo que la vida vale la pena y que los perros cazadores son más nobles que muchas personas. Y no le falta razón.
Por eso los protege con sus grandes manos que, en otros tiempos, trabajaron duramente para llegar a la meta. Ahora se sienta en cualquier lugar del camino y, desde allí, no solo ve pasar la vida, que también, sino que dispuesto se muestra a contársela a cualquier paisano que le agrade una conversación tranquila en la cálida tarde de septiembre.
No solo está a la espera de que se levante la veda, sino que esa inquietud, tan vital, parece transmitirla a sus dos perros, tan queridos y fieles.”
Juan FERRERA GIL































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