Mucha pompa y no menos abandono

Igual se podría poner como título la frase de la comedia de Shakespeare “Mucho ruido y pocas nueces”, que viene a ser lo mismo. Es mucha la pompa que se da el Ayuntamiento de Gáldar en la Calle Larga, en la Plaza de Santiago y zonas aledañas, porque por ahí transita a diario la gente  y bien pueden decir: “qué bonita está Gáldar, que da hasta gusto de verla”.

No me parece mal que se cuiden esas zonas de la ciudad pero sí me lo parece que, en contrapartida, haya lugares, como la Calle Numancia, una calle que se compone de un tramo de asfalto, una parte por la que entran y salen los coches de los vecinos:

…y una escalera de unos 150 escalones por la que baja un montón de gente, sobre todo en verano, que llega hasta la avenida de la playa, justo al lado del restaurante La Cueva. Una escalera que cuesta más subir y que está dejada de la mano de Dios, como suele decirse.

Desidia es la palabra exacta. Abandono total como puede verse en las fotos que acompañan este artículo.

Hace meses que no barren la escalera y cuando lo hacen arriman toda la tierra y el picón que cae del risco

…a un lado de los escalones, de manera que cada vez son más intransitables. Resulta hasta peligroso bajar por algunos tramos y hay que andar con cuatro ojos para no caerse.

No hace mucho, de noche, se produjo un desprendimiento, procedente de este risco que no tiene mallas,

…que cayó en uno de los tramos inferiores de la escalera

…y pudo haber matado a cualquiera, de haberle caído en la cabeza. Hubo que cerrar el acceso a la playa por este conducto.

En fin, para acabar, insisto en que parte de la Calle Numancia, varios tramos de la escalinata que baja a la playa, se han convertido en un peligro. Parece ser que, como suele ocurrir, será necesario que se produzca una desgracia para que se tomen las medidas oportunas. Improcedente me parece y creo que ya está bien.

Sí, señor alcalde, ya está bien. Le recuerdo que usted me dijo, personalmente, hace ya bastante tiempo, que cuando arreglaran la avenida de la playa, meterían mano también a la Calle Numancia, y todo se ha quedado en agua de borrajas.  Toda la fuerza se le fue por la boca.

Y ya va siendo hora de que se  hagan las cosas como es debido, de que se atienda a todas las calles de manera adecuada, de que se cambien las tornas y de que, en lugar de mucho ruido, haya muchas nueces.

Texto: Quico Espino

Imágenes: Quico Espino y Marcelo González Pérez