¿Es que al PP se le va a perdonar todo?
El rencor llega a extremos de auténtica crueldad por parte de los sectores políticos, sociales y periodísticos de la derecha más rancia. Ruido y más ruido. Vociferan y retuercen. Mientras, frente a todo eso, un Pedro Sánchez que sigue demostrando ser un auténtico hombre de Estado.
A los votantes y simpatizantes parecen no importarles ninguno de los escándalos y corruptelas que le han ido salpicando al Partido Popular durante mucho tiempo. Recordamos que el PP es el único partido político en España que ha sido ‘condenado’ tres veces por lucrarse de una trama de corrupción (‘Gürtel’) y que pagaron con la caja B la reforma de la sede de Génova 13.
Al PP se le perdona todo eso y más. Nada parece pasarle factura. Claro que para poder entender esto, hay que pensar en los periodistas que ayudan bien untados con dinero desde las instituciones dirigidas por el PP o por grupos de comunicación o por la propia Iglesia. Sin olvidar, desde luego, a una Judicatura hecha a medida, como los trajes de Camps.
Al PP se le perdona que utilice sin escrúpulos una y otra vez el dolor de las víctimas de ETA. Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE y hermana del político asesinado en Euskadi, les ha pedido reiteradamente que paren ya. «Han puesto de moda a tu asesino y repiten una y otra vez que ETA está viva», escribió Consuelo en un tuit reciente, aludiendo al cruel slogan ‘Que te vote Txapote’, que sólo ha podido salir de una mente perversa.
Sin embargo, se olvidan de otras víctimas. A esas otras NO conviene utilizarlas, no sirven para sacar rédito electoral. Se olvidan de las víctimas del 11 M («Por esta puta y 4 muertos de mierda perdimos las elecciones», refiriéndose a Pilar Manjón). Se olvidan de los soldados muertos en el accidente del Yak-42, a cuyas familias mintieron y maltrataron. Se olvidan de las personas dependientes que murieron en las residencias de Madrid por aquel protocolo infame (denunciado por el entonces consejero, Alberto Reyero). Se olvidan de las muertes, sospechosamente casuales poco antes de declarar en un juicio, de personas vinculadas al PP y que, obviamente, debían saber demasiado sobre los tejemanejes del partido.
¿Es que al PP se le va a perdonar todo? Lo hemos visto en Valencia, por ejemplo, donde el PP dejó un legado de 3 presidents, 13 consellers y 3 alcaldes imputados. Otro legado en forma de deuda pública (de lo que el entonces gobierno del PP dijo que ‘saldría a coste cero y nos pondría en el mapa’) por la construcción del circuito urbano de Fórmula 1 y del que el gobierno de Ximo Puig ha pagado los últimos 7,5 millones de €. Lo hemos visto en Madrid, donde desde el TAMAYAZO de la madre de todas las ‘ranas corruptas’ gobierna el PP.
¿Y dónde estaba Feijóo mientras pasaba todo esto? Él fue el ‘elegido’ para suceder a Fraga en la Xunta de Galicia mientras saltaban a la luz pública los primeros escándalos del 'Caso Gürtel'. Él ya estaba utilizando, de la misma manera que hace ahora contra Pedro Sánchez, el ‘calumnia que algo queda’ contra sus rivales políticos de izquierdas.
Él estaba destrozando la sanidad pública gallega. Dejando la atención primaria al borde del colapso, congelando el número de facultativos y en más de una década no añadió ninguno. Con Feijóo dimitieron 22 jefes de servicio de los centros de salud en protesta por la gestión sanitaria de la Xunta. Cientos de miles (140.000) de pacientes gallegos fueron derivados a un hospital privado que recibe 84 millones de € (más IVA) de dinero público cada año. Él estaba triplicando, según datos del Banco de España, la deuda de la Xunta de Galicia y cada gallego o gallega se ha endeudado con Feijóo 2.800 € más.
Y, sobre todo, Feijóo estaba muy preocupado por esos documentos que involucraban al PP gallego con los negocios turbios de Marcial Dorado, y su amistad personal con él, con el que compartió vacaciones familiares. Documentos que finalmente desaparecieron.
Es que en el PP todo lo sospechosamente incómodo desaparece, se extravía, no sabe o no recuerda… Y ahora ese PP, en el que Feijóo milita desde 1991 y desde cuyas filas ascendió rápidamente de la mano de Romay Beccaría en puestos de relevancia política, el PP de ayer, de hoy, el de siempre, con una mochila a cuestas de la que se quiere despojar, pero se la vamos a recordar constantemente, nos dice que nos quitará todos los derechos adquiridos durante los gobiernos socialistas.
Nuestra respuesta se la vamos a dar alta y clara el próximo 23 de julio: NO queremos esa España de los ‘casos aislados’, queremos seguir siendo #LaMejorEspaña.
María García
































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