Reflejos. Juan FERRERA GIL“Cuando el mar se convierte en espejo tembloroso no solo reproduce lo que ve sino que, además, sabe proyectar su realidad en la de los demás.
Así que esta imagen que hoy le presentamos presenta una doble vertiente: la de arriba, siempre tan lineal y casi perfecta, y la de abajo, que, con breves y suaves ondulaciones, relativizan los asuntos más serios y las miradas que, en principio intransigentes, se van modulando poco a poco y adaptándose a una nueva interpretación, donde cada matiz adquiere el tono y el color de una tarde suave y tranquila de verano.
Es el verano un momento de esparcimiento en el que la luz vespertina embauca al paseante, lo detiene, hace que mire sin mirar y ofrece los celajes como armas pacificadoras de bienestar común. Por eso el mar se ha transformado en un espejo que devuelve otra realidad, otra manera de ser, pensar y existir en el mundo.”
Juan FERRERA GIL
































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