Hay que reflexionar
Nos encontramos, en estos momentos, en pleno torbellino electoral; y yo, estaré al lado de los que sienten, ilusión, esperanza y ganas de cambio; lo que más me incomoda, es que, a mi modo de ver, la gente, apenas se lea, los programas electorales antes de votar; ya lo he mencionado en artículos anteriores; pero, insisto en ello, porque intuyo, que ni tan siquiera, ojeamos el programa del partido político, con el que simpatizamos; o sea que, probablemente, no dediquemos tiempo alguno a verlos, y mucho menos a analizarlos; y yo me figuro que la razón podría estar, en que ya, no nos creemos las promesas y propuestas, que nos intentan vender los políticos, o que votamos por inercia y tradición, al que suponemos nuestra formación política; ponga lo que ponga, en su programa; lo que deja entrever que podríamos ser una sociedad de ideas fijas, y con espacios políticos poco flexibles.
Lo que llega a nuestras casas, y encontramos en mítines o actos en la calle, es poquita cosa, si lo comparáramos, con los principales objetivos: economía, políticas sociales y educativas, deportes, vivienda, juventud, sanidad, ecología y empleo, etc. Está claro que lo que vende hoy, es el marketing político y la comunicación; lo hemos visto, y lo estamos viendo, muy de cerca en Gáldar; por ello, así lo entiendo yo, algunas formaciones políticas, debieran plantearse la posibilidad, de cambiar las tácticas electorales, para futuras elecciones, por un marketing, que es más cercano; realizando vídeos cortos y directos, amenos y claros; o también, salir mucho más a la calle y escuchar las demandas de los ciudadanos. No obstante, ni que decir tiene que, las estrategias de marketing actuales no son, ni serán sempiternas; y al igual que pasa con todas las cosas, habría que renovarlas y hacerlas más atractivas. Tengo el presentimiento de que, más pronto que tarde, la inteligencia artificial revolucionará las campañas electorales.
Y continuando con los programas electorales, aunque no los leamos, sí que podríamos reflexionar sobre el trabajo que han realizado estos últimos cuatro años, los que han gobernado nuestro municipio. Podríamos verificar si consiguieron lo que prometieron, si han realizado mejoras, o si han tenido excusas y olvidos. En definitiva, si cumplieron sus promesas, o sólo, han habido buenas intenciones. Este análisis nos puede ser muy útil, antes de decidir a quién votar. A partir de esa valoración, podemos ver con qué proyecto, nos identificamos más, y nos representa mejor; y también, quién se compromete, con mayor credibilidad, a tener barrios limpios, transitables y con espacios verdes, comercio local activo, y diverso; centros de salud con especialistas, empresas creando riqueza y puestos de trabajo, juventud sana y participativa, centros educativos seguros y saludables, y transporte público eficaz; todo es política, mal que les pese a algunos; no hay nadie apolítico; y todo lo que decimos y hacemos, es política; no nos amparemos en el discurso de que todos los políticos son iguales y roban; ni tan siquiera, los que se refugian en el “yo soy apolítico,” pueden alejarse de la política. Es imposible permanecer ajeno a la política; porque todo lo que nos afecta en nuestro día a día, es resultado de decisiones políticas; sirva como ejemplos, lo que pagamos al comprar el pan, el periódico, el café, la entrada para el fútbol, etc.
Es evidente, que hay que tener cuidado con las promesas fáciles; no nos queda otra que, pararnos a pensar y con sentido crítico evaluar con qué proyecto político nos identificamos más; es más que probable, que encontremos alguna, que nos represente; manifestándonos, en el bar o en las tertulias, a pie de calle, lo digo por experiencia, no se consigue nada. La participación ciudadana es importante, y votar es una manera de ejercer ese derecho, que no fue nada fácil conseguir; votar, es hablar; ha llegado nuestro turno de palabra, y hay que aprovecharlo.
Todo, lo que he manifestado, a lo largo de este escrito, acerca de los programas electorales, lo he llevado a la práctica, al pie de la letra; y yo, personalmente, he llegado a la conclusión, de que Gáldar, necesita del aire renovado, por el que, apuesta la candidatura, de la formación política, que elevó a Gáldar a la categoría de gran ciudad.
































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