
El municipio de Gáldar se ha caracterizado a lo largo de su historia por ser el centro neurálgico del norte de Gran Canaria en cuanto a la actividad cultural, comercial y festiva se refiere, elementos que han estado siempre presentes en la localidad y que han sido parte constante de mi vida.
De mi adolescencia y juventud recuerdo las largas colas de personas a las puertas del Casino, deseosas por disfrutar de sus famosos bailes del sábado noche y domingo de tarde. Como también rememoro con una sonrisa la primera vez que bailé una lenta en un salón iluminado por las luces de colores que refractaban en la bola de espejos del gran salón circular de este emblemático edificio, todavía en la actualidad un espacio en activo que ofrece al público un variado programas de actividades.
Asimismo, me acuerdo del gentío de las fiestas patronales de Santiago, las romerías siempre repletas de visitantes, las populares cabalgatas, los tradicionales autos de Reyes, la música a todo trapo de los bochinches en carnavales y hasta las sosegadas tardes de domingo en los dos cines del pueblo, el Unión y el Guaires (hoy reconvertido en centro cultural), en los que invertía las veinticinco pesetas que me daba mi abuela materna, Andrea Bautista Pérez, propietaria de la casona ubicada en la calle Faycán Guanache 21, hoy de uso municipal. No pocas veces corrí detrás de los gatos por el terreno anejo a la casona como no pocas veces merendé un café con leche y gofio a la sombra de los enormes helechos que colgaban en el patio interior de la vivienda.
En la arrogancia personal, que a veces nos obnubila y otras muchas nos enceguece, una puede llegar a pensar que determinadas actividades e iniciativas no tuvieron lugar antes de que una las pusiera en marcha y, como suele pasar, se equivocaría en lo más profundo.
Todas y todos tenemos un ayer, contamos con un pasado, no sólo personal sino colectivo como miembros que somos de un pueblo, de un grupo social.
Todos contamos con unos referentes que nos preceden, para bien o para mal. Y la vida cultural de Agáldar tampoco es ajena a esta premisa. En el caso del que escribo hoy, indudablemente para bien.
Contaba yo con tan solo dos años de edad, apenas una recién llegada al mundo, cuando un grupo de entusiastas de la cultura con almas inquietas, puso en marcha el Liceo Cultural Agáldar.
La iniciativa partió de José Monzón Álamo, por aquel entonces un recién licenciado en Psiquiatría, quien propuso, tras culminar sus estudios en la península y regresar a la ciudad de las Guayarminas, la puesta en marcha de un Liceo. A esta iniciativa se sumaron enseguida su hermana Nena Monzón, Maruja Salgado y Paco Bolaños Díaz, unos primerizos maestros de escuela; un también recién licenciado Celso Martín de Guzmán y una mujer siempre implicada con y en la cultura galdense, la pintora, catedrática de Dibujo y docente, Josefa Medina Suárez, quien a finales de los años noventa del siglo pasado impulsó la creación de la primera Academia municipal de Dibujo y Pintura de la localidad.
En un primer momento también formaba parte de este elenco de entusiastas Manuel Juan Estévez Gil, quien asumió el papel de presidente del Liceo de forma breve para ser posteriormente sustituido por el maestro y artista plástico, Paco Bolaños Díaz.
En apenas los dos años de actividad del Liceo, fueron numerosas las actividades que el colectivo llevó a cabo. Entre ellas, el homenaje realizado al poeta de Moya, Tomás Morales, un reconocimiento que se celebró en el patio de un recién inaugurado museo Antonio Padrón y que contó con la presencia de la hija del poeta, Saulo Torón, María Isabel Torón. De aquel evento se conserva la rústica invitación al evento que los miembros del Liceo Cultural diseñaron a partir de una plancha de grabado original del pintor Antonio Padrón, cedido para tal efecto por la tía del artista, doña Lola Rodríguez.
![[Img #7987]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2023/5275_2-plancha-de-antonio-padron.webp)
Destaca también la exposición de obras del escultor nacido en La Habana en 1931 y fallecido en Tenerife en 2012, Manuel Bethencourt, celebrada en la Heredad de Aguas del municipio, actual sede de la Academia de Dibujo y Pintura Josefa Medina, lugar donde el colectivo llevó a cabo variadas exposiciones de pintura y esculturas en las que se contó, por ejemplo, con obras del pintor grancanario Felo Monzón, uno de los principales referentes del arte canario de vanguardia. A ambas iniciativas se sumaron otras como la muestra de artistas galdenses celebrada en la sociedad del barrio de La Montaña con la participación de creadores locales como Cristóbal Guerra, Emiliano Mederos y Paco Bolaños.
Sin embargo, entre las actividades del Liceo, tiene una fuerte presencia en la memoria colectiva galdense, la lectura dramatizada de la ‘Comedia del Recibimiento', del dramaturgo Bartolomé Cairasco de Figueroa, realizada bajo la dirección del impulsor del proyecto arqueológico del yacimiento de la Cueva Pintada, hoy Museo Arqueológico, Celso Martín de Guzmán, una actividad que tuvo como escenario la Ermita de San Sebastián, y a la cual pertenecen dos de las fotos que ilustran este artículo.(1)
![[Img #7988]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2023/4030_3-programa-representacion-de-la-comedia-del-recibimiento.webp)
También en materia de artes escénicas, señalar que el Liceo colaboró, entre otras actividades, con el grupo de teatro Tibicena, dirigido por Paco Ossorio Acevedo, con la puesta en escena de una obra en la que participó el bailarín de Agaete, Lorenzo Godoy.
En el campo de la creación literaria, el colectivo puso en marcha el premio Sabor Literario, una iniciativa que en aquel momento contó con una única edición, siendo retomado por el colectivo cultural Tagoror 2015, ya en pleno siglo XXI, agrupación que llevó a cabo tres ediciones más bajo la dirección de Maruja Salgado.
Pero no todo fueron laureles También el colectivo cultural Liceo Agáldar organizó eventos que no llegaron a buen puerto, como el recital de poesía en el se pretendía dar lectura de textos de poetas clasificados como rojos por el régimen franquista y que finalmente fue prohibido.
Todo lo escrito viene a colación porque con frecuencia se nos olvida que existieron personas que nos precedieron que han hecho mucho por engrandecer un pueblo, al igual que otras muchas lo hacen en la actualidad.
Todas han aportado y aportan, todas se muestran orgullosas de su origen, ensalzándolo cada vez que pueden a través de su implicación en los diferentes ámbitos, desde el cultivo de la literatura, la música y la pintura; como a través de la investigación, el asociacionismo, la docencia, el deporte, el buen quehacer académico, comercial y político.
Gáldar ha sido y es cuna de grandes mujeres y hombres que han puesto en valor su tierra de origen con su esfuerzo, su constancia y, sobre todo, su cariño y entrega incondicional.
Las personas que formaron parte del Liceo Cultural Agáldar son un ejemplo de ello. Por eso les he querido brindar hoy mi reconocimiento y mi agradecimiento más sincero.
A todas estas personas, a las de ayer y a las de hoy, le debemos que Gáldar, nuestro Agáldar, sea el gran pueblo que, sin duda, es. De justicia es que se lo reconozcamos.
Por cierto, y tú, ¿qué recuerdas del Liceo Cultural Agáldar?
(1) Bartolomé Cairasco de Figueroa. Comedia del Recibimiento, Cabildo de Gran Canaria, 2017.






























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