
San Isidro de Gáldar celebró este sábado, uno de los actos más queridos del programa de las fiestas en honor al Santo Labrador, la tradicional romería ofrenda, que se vive en familia y con los amigos.
Así, un año más, Lourdes Bolaños abrió las puertas de su casa para recibir a los amigos, con la pequeña Leire revoloteando, y empezando a conocer la tradición festiva del barrio de su abuela y de su madre, Cristina.
En la calle principal, Gema Godoy, no paraba de colocar a la reina, rey, damas, príncipes y princesas de las fiestas, en lo que ella dice que es su último año colaborando, algo que está por ver, ya que es difícil imaginar una gala de elección, sin su buen hacer.
Pasadas las seis de la tarde, comenzaron a sonar los timples y guitarras, y se escucharon los sentidos cantos de isas, folías y malagueñas, acompañando a las trece carretas que participaron este año.
Se vivió la romería con sabor a reencuentro, y se cumplió con el patrón poniendo a sus pies, la ofrenda de productos de la fértil tierra galdense.
Se brindó con el pizco de ron, que hizo más sabrosos los famosos huevos duros de San Isidro, el queso y el pan con chorizo, y hasta aceitunas con ese gusto tan propio de la tierra en la que nacimos.
Y la casa de Sarita, este año, con el recuerdo de ella bien asentado en el corazón de los suyos, volvió a abrir sus puertas, para compartir la alegría de la noche romera.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.214