El hilo de los pensamientos
Que Arucas celebre el 50 aniversario de su Biblioteca Municipal, además de ser una heroicidad, viene a significar que la presencia de los libros en el municipio no solo supera cualquier perspectiva social y política, sino que viene a confirmar que algunas realidades están y estarán siempre por encima de visiones sesgadas y estrechas.
Por eso este 50 aniversario es todo un acontecimiento que no debemos dejar pasar. Desde aquel lejano 1973, cuando la Casa de la Cultura acogió la primerísima Biblioteca Municipal, aún en plena dictadura, su trayectoria no ha dejado de crecer. Ahora ocupa el espacio renovado de lo que fue un cine (el Cine Díaz, en pleno centro de la ciudad) en el que sigue proyectando las películas de las letras; como debe ser y como es su naturaleza. Su presencia en la vida de los aruquenses ha sido, y es, más que significativa: atesorar libros, guardar ideas y pensamientos, con sus respectivos hilos debidamente engarzados, es algo que engrandece y enorgullece a todo el municipio y, sobre todo, a sus habitantes.
Así que hablar del 50 aniversario de la Biblioteca Municipal es referirnos a las páginas ya leídas que se acumulan con el inexorable paso del tiempo: medio siglo de vida sirve para indicar serenidad, paciencia para encontrar “el tiempo perdido” y, sobre todo, evolución colectiva y personal. Sin la grata y callada presencia de la Biblioteca (parece que no moja pero empapa) la vida hubiera sido de otra manera: necesitamos los libros, los cuentos, las novelas, la poesía, las biografías, la ciencia ficción… porque, como dijo el poeta, “respiramos trece veces por minuto”…
Es verdad que con los nuevos tiempos la Biblioteca se ha ido adaptando a las necesidades actuales (“renovarse o morir”) y ha sobrevivido a los continuos cambios de gobiernos locales: ahora resulta imprescindible su labor al convertirse en un eslabón más de la existencia: desde sus primeros responsables hasta los actuales ha llovido mucho. Y ha sido para bien. Y, ahora que la sequía climatológica parece imponerse, la Biblioteca mantiene fluido su caudal y su río de palabras sale al encuentro y se proyecta por toda la ciudad: es la Biblioteca Municipal la que nos lleva de la mano por calles y parques y barrancos y veredas llenas de palabras, donde las inagotables actividades culturales se renuevan cada semana.
Y, así, su presencia es tan natural como el sol que luce en estos días azules. Y cuando llegue de visita la inevitable panza de burro, en pleno verano, la Biblioteca seguirá abierta. Es el mismo sol que en 1973 saludó a los primeros curiosos lectores y usuarios que en esta ciudad han sido: poder celebrar 50 años de vida cultural no se produce todos los días.
¡Larga vida a la Biblioteca Municipal!!
¡¡A por otros 50 años!!
¡¡Felicidades a todos!!

































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