Baltasar Espinosa, un ilustre galdense por conocer

Josefa Molina

Baltasar Espinosa Lorenzo nació un mes de abril de 1937 en la ciudad de Gáldar, siendo el cuarto hijo del matrimonio formado por los maestros Baltasar Espinosa Perdomo y Juana Lorenzo Domínguez, quienes desde pequeño le inculcaron el amor por los libros, la poesía y la música.

 

Aunque profesionalmente ejerció como profesor de piano, su gran pasión siempre fue la poesía. A esa pasión le dio alas a través de la edición de los cinco poemarios que publicó en vida, el primero de ellos Los días en 1968 y el último, una breve antología de sus poemas reunidos bajo el título Vida propia, en 2011. Se trata, pues, de una producción quizá no demasiada extensa en cuanto a su cantidad pero sí profundamente intensa en cuanto a su calidad poética.

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A pesar de que formó parte del reconocido grupo poético de Poesía Canaria Última, del que formaron también parte poetas de gran reconocimiento en Canarias como fueron Fernando Ramírez, José Caballero Millares, Manuel González Barrera, Antonio García Ysábal, Juan Jiménez, Lázaro Santana, Eugenio Padorno, José Luis Pernas, Jorge Rodríguez Padrón, Alberto Pizarro y Alfonso O’Shanahan, y cuyas voces fueron impresas en negro sobre blanco en una antología auspiciada por Lázaro Santana y Eugenio Padorno y publicada en 1966 en la colección San Borondón, tal vez su temprana marcha a Madrid y la consolidación de su vida alejado de su pueblo natal, ha hecho que su nombre haya ido cayendo en el agujero negro del olvido dentro del grupo de autores referentes de la literatura canaria.

 

Porque Baltasar Espinosa es algo así como un 'ilustre desconocido', un autor del que pocas personas han oído hablar y que muchas más todavía desconocen, pero al que todos los amantes de la buena poesía volvemos cuando lo leemos por primera vez y descubrimos que, sin duda alguna, estamos ante uno de los referentes indispensables de la poesía canaria.

 

Algo así le pasó a la que aquí suscribe cuando allá por el año 2016, me llegaba de mano del Premio Canarias de Literatura 2018, Ángel Sánchez, también natural de Gáldar, mi primera referencia sobre su vecino de calle, la calle Aljirofe, donde residían las familias de ambos, en pleno centro de la ciudad de las Guayarminas.

 

Tal y como manifiesto en la Exposición de motivos de las Obras completas de Baltasar Espinosa (1962-2011), editada por Mercurido Editorial, mi impacto al leer su poesía fue tan grande y mi vergüenza como galdense tan mayúscula, que el resultado de ambas cosas, impacto reconvertido en devoción y vergüenza que anhelaba resarcir, me llevó a contactar con su familia y reunir en un solo volumen toda su escasa pero intensa producción poética.

 

Soy de la firme opinión que a nuestros ilustres hay que reconocerlos en vida, cuando aún pueden disfrutarlo y sentirse queridos por sus vecinos y vecinas y no esperar a que ya sea demasiado tarde y no tengamos más remedio que quedarnos en meros homenajes y reconocimientos a modo póstumo carentes de todo sentido. Con Baltasar no hemos llegado a tiempo, cierto, por eso lo hacemos ahora y lo seguiremos haciendo ya que es una cuestión de justicia, no poética, sino social y ciudadana, porque el pueblo que reconoce a su gente, crece y se dignifica como tal.

 

El Festival de Poesía Baltasar Espinosa que se celebra del 21 al 23 de abril en el municipio de Gáldar nace con el objetivo de procurar el reconocimiento que no obtuvo en vida y dar a conocer la obra de este ilustre galdense para que deje de ser un desconocido y ocupe el lugar que merece, en su Agáldar de la infancia, una Gáldar que tanta magua le generó en vida, tal y como da fe la selección de poemas que se incluyen en ‘Tengo la palabra desnuda. Versos para Baltasar Espinosa’, una obra editada por Beginbook Ediciones, que constituye el cuarto tomo de la colección Palabra y Verso de la Asociación de Escritoras y Escritores Palabra y Verso.

 

El libro, editado de forma expresa para este Festival y que compila los versos de los cuarenta y ocho poetas participantes en el mismo, supone no sólo un canto a la obra de Espinosa y sino también a los artistas y personajes ilustres de Agáldar y a su patrimonio cultural, histórico y literario.

 

Desde este espacio, quiero agradecer de corazón a todas y cada una de las personas participantes en esta antología, su implicación y buen hacer para con esta antología y, por supuesto, agradecer al grupo de amantes de la buena poesía que me han acompañado en la coordinación de este Festival: Berbel, Antonio Arroyo Silva, Milagrosa Salgado, Inma Flores y Fabio Carreiro.

 

Espinosa nació y murió un mes de abril, el mes por antonomasia dedicado a la celebración de los libros y a la reivindicación de la literatura como una forma de conocimiento y de enriquecimiento personal y colectivo. Es por eso precisamente este mes de abril, en el que conmemoramos el quinto aniversario del fallecimiento de nuestro poeta, el elegido para la celebración del primer Festival de Poesía Baltasar Espinosa, como una forma no solo de poner en valor su obra para la ciudadanía galdense, canaria y española, sino también como un argumento más para reivindicar la esencia de la palabra poética, una esencia que, en este mundo caótico, insolidario, violento y hipertecnológico, resulta de una necesidad cada vez más aplastante.

 

Josefa Molina Rodríguez

Directora del Festival de Poesía Baltasar Espinosa

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