(120). LA BRISA DE LA BAHÍA “Solo humo”, de Juan José Millás

Solo humo, Alfaguara, Barcelona, 2023, me ha dejado sin respiro y en apenas dos días la he leído vorazmente

Juan Ferrera Gil Lunes, 03 de Abril de 2023 Tiempo de lectura:
Juan José Millás, "Solo humo". Foto: Juan FERRERA GILJuan José Millás, "Solo humo". Foto: Juan FERRERA GIL

Siempre me han gustado más los artículos periodísticos de Juan José Millás que sus novelas; algunas de ellas ni siquiera las he podido acabar. Pero no por demérito del escritor, ni mucho menos, sino que tiene que ver, acaso, con el momento elegido y, también, por aquello de los gustos personales. A estas alturas de la escritura cuestionar la valía de Juan José Millás es un atrevimiento que no se nos ocurre traspasar, más que nada porque su peculiar mirada está más que consolidada y, además, goza de la admiración y el respeto que los lectores le profesan, que son muchos.

 

Sin embargo, su última novela, Solo humo, Alfaguara, Barcelona, 2023, me ha dejado sin respiro y en apenas dos días la he leído vorazmente: saboreando cada palabra, disfrutando cada oración, como si todo ello fuera la primera vez que accedía a la lectura sugerente, viva y fundamental: tal vez me encontraba obnubilado por los primerísimos cuentos de la lejana infancia, perdidos en los recovecos de la lejana memoria. Y tengo para mí que Juan José Millás ha conseguido poco menos que la cuadratura del círculo: ha escrito una novela corta (ignoramos si así puede ser denominada), precisa, adecuada, y ha dicho lo que tenía y quería decir sin alargamientos innecesarios ni estiramientos forzados con los que llenar, y rellenar, páginas y páginas. Y lo cierto es que esa brevedad se agradece. Y mucho.

 

Ha estructurado una trama novelesca con lo preciso, donde los detalles son los adecuados e imprescindibles y donde la sorpresa avanza independientemente de su extensión. No se ha dejado atrapar, el reconocido escritor, por lo intrascendente, por lo que tiene o muestra poca o nula importancia, y ha ido al grano con apenas unos ingredientes que aportan todo el sabor novelesco. Y nosotros, lectores anónimos, en nuestro contexto y circunstancias personales, lo agradecemos y valoramos porque ha sabido cocinar con todos los elementos. Habla Millás en esta última obra del maravilloso poder de la lectura y se ha ido a refugiar en el apasionante mundo del cuento de los hermanos Grimm, donde, según el novelista, se relata la vida tal y como es. Y, en esta ocasión, la magia lectora la ha depositado en un joven protagonista al que la lectura ni le gusta ni le seduce lo más mínimo: todo lo contrario de su padre.

 

Pero Juan José Millás ha sabido encontrar un resquicio donde dar rienda suelta a su mundo imaginado y ha conseguido elaborar un relato de 180 páginas donde no solo está lo esencial de la historia elegida, sino que, además, no ha escatimado ni huido de nada que no sea lo primordial, lo fundamental de su creación, y hemos disfrutado cada minuto, cada momento de palabras escogidas perfectamente con las que ir al centro del asunto. Y lo ha verificado con el tono, el ritmo y la atmósfera adecuados. No hay rodeos, no hay alargamientos indebidos. Solo una novela que dice lo que dice y eso, la verdad, no todo el mundo lo consigue. La extensión elegida es más que suficiente para lograr una armonía, una disposición, unos diálogos equilibrados y centrados; tal vez como la vida que fluye a nuestro alrededor.

 

Juan José Millás demuestra, en esta magnífica novela, su seriedad, su dominio de la aventura de las palabras y su deseo, tal vez, de que la lectura agrande la visión de toda la sociedad, por otro lado, tan variada y particular en la que nos encontramos inmersos; nos ha encantado y atrapado en la creación certera de unos personajes creíbles y verosímiles, que se mueven en un espacio universal como es Madrid. Y lo ha verificado con su destreza habitual, donde la magia permanente de su imaginación ocupa un lugar destacado para que el avezado lector se quede pensando, como ensimismado, tiempo después de haberla acabado. Y la novela vive en nuestra imaginación de tal manera que la siguiente, en su inicio, nos resulta rara y hasta cierto punto extraña. ¡Qué cosa es la expresión escrita: un misterio! No sabemos lo que significará este nuevo relato en su ya larga producción, pero sí les podemos asegurar, inteligentes lectores, que el estilo que Juan José Millás presenta en “Solo humo” es muy similar al de sus artículos, convertidos algunos de ellos en brevísimas obras de arte que tienen muy presente la inteligencia del lector.

 

Y eso, la verdad, no parece estar al alcance de todos los que escriben.

 

Bueno, de Juan José Millás, sí.

(enseñARTE, 72)

Juan FERRERA GIL

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