Los pájaros de Sussex

Quico Espino

Foto: François HamelFoto: François Hamel

La primera impresión que tuve cuando vi esta foto fue que los pimpollos de magnolia que se están abriendo eran pájaros dispuestos a emprender el vuelo. Me dejé llevar por la imaginación y los vi volando por el cielo, atravesando el parque Wakehurst, al oeste de Sussex, un hermoso condado al sur de Londres, justo cuando un faisán recorre aquel vergel haciéndose el guapo en busca de sus congéneres hembras.

 

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Tiene que cruzar un puente de madera que atraviesa un estanque, pavoneándose para que ellas lo vean,

 

[Img #6212]

 

… pero cambia de parecer y, a pesar de que prefiere caminar y correr, se echa a volar en pos de los pájaros que van por el cielo rumbo al este, no sin antes picotear granos y semillas, bajo los magníficos magnolios que embellecen el parque.

 

[Img #6213]

 

El cielo es inmenso, inabarcable, y ellos se sienten libres con sus alas batiendo el aire. Es el mismo cielo que contemplan miles de millones de personas que tienen sus alas cortadas u oprimidas por un puño que las atosiga y les impide respirar con libertad. 

 

La pobreza les abruma un poco más cada día, mientras ven cómo una minoría poderosa se impone y lo compra todo, lo privatiza todo y se hace dueña del mundo entero. Ellos se reparten el pastel  y dejan las sobras para los demás. Son los poderosos, los que manejan el mundo a su antojo, como hacen los tiranos. Los tiranos son libres ellos solos, no permiten que nadie más lo sea, como bien dijo Charles Chaplin en El gran dictador.

 

En otra película, Chinatown, John Huston interpreta a un personaje odioso, un hombre que viola a su propia hija, uno de esos dictadores al que otro personaje, encarnado por  Jack Nicholson, le pregunta:

 

-¿Qué es lo que quiere usted con tanto dinero, tanto poder?

 

-¡El futuro! –responde el otro apretando el puño. Un puño en el que desea contener el futuro de todos los demás. Un puño del que han escapado esos pájaros que van volando hacia el este, hacia los acantilados blancos que miran al canal de la Mancha, llamados Siete hermanas,

 

[Img #6211]

 

… y allí se posan y retozan, ajenos a la maldad de los grandes magnates que pretenden dominar el mundo a costa de la libertad y el bienestar de una población subyugada por la penuria y el miedo que les va atenazando.

 

Y yo me pregunto si esos individuos tan ególatras pueden dormir con la conciencia tranquila y, como decía mi padre, mandar una pierna para Francia y otra para Inglaterra, dejando los cataplines de remojo en el canal de la Mancha.

 

Texto: Quico Espino

Imágenes: François Hamel

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