
Así, José Antonio, Pino, Raúl, Rita, Isabel , Alicia, y otros amigos, lucieron con garbo su fantasía marinera, al igual que Claudia y Pepé con su pequeño Fabio.
No faltaron las doloridas Viudas, caso de Isabel, que mostraba orgullosa lo bien puesta que la había dejado su tercer marido, con joyas impresionantes.
Y se bailó a ritmo de bandas y batucadas, recorriendo las calles del pueblo, en una comitiva llena de color, fantasía, y muchas ganas de diversión.
Y bajando la cuesta de la iglesia, por un instante pareció que “ Agustín el Pillo”, volvía a encabezar la comitiva, en el logrado homenaje que le hizo uno de sus sobrinos, luciendo uno de sus trabajados disfraces.
Y Alejandra no se quedó atrás, luciendo un traje de la abuela Paquita, que era también muy carnavalera, y Anate, Paqui y Merci optaron por recordar el famoso concurso 1, 2, 3.
Bailando se llegó hasta el puente para proceder a la quema de doña sardina, pero como faltó la marcha fúnebre que siempre toca la Banda, Marta y Xiomara se quedaron con las ganas de expresar su dolor festivo y así lo hicieron saber.
La noche carnavalera se alargó en Agaete, porque había muchas ganas de volver a disfrutar en plenitud, el carnaval.
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