
Acabo de leer un libro que me ha estado enseñando todo el rato: Carlos del Amor, Retratarte, Cuando cada mirada es una historia, Espasa, Barcelona, 2022.
No cabe duda de que el ARTE no solo debe escribirse con mayúscula, sino que las obras pictóricas aquí “retratadas” nos han abierto los ojos a un mundo que desconocíamos y a unos pintores que Carlos del Amor, su autor, ha sabido elegir con extremado acierto y criterio. Ha conseguido llenarlos (=explicar), además, de ficción y realidad, descubriéndonos, a la vez, lo relevante que las obras elegidas encierran. Siempre es bueno aprender y este libro ameno, ligero y profundo, de capítulos breves e intensos, con una prosa muy cuidada, es un extraordinario ejemplo.
Leer y Aprender (al igual que ficción y realidad) se dan la mano y, ambos aspectos, sin apenas notarlo, sirven para agudizar la mirada, reconocer las distintas tendencias pictóricas y, sobre todo, (re)descubrir a los distintos pintores y la historia escondida que envuelve a algunas de sus creaciones y que el paso del tiempo no ha conseguido ocultar. Es una inmensa suerte para nosotros, simples y llanos lectores, que haya personas como Carlos del Amor, periodista especializado en Cultura, que sabe comunicar (=regalar) visiones personales con las que triturar la realidad al tiempo que presenta una quieta y pausada interpretación en estos momentos de rapidez convulsa e inmediatez irracional.
Acceder al libro es entrar en la verdadera medida del tiempo, donde imagen y palabra se unen para dejar bien claro, por un lado, la imaginación bien entendida; la realidad de unas épocas que se han ido desvaneciendo, por otro, y, por último, comprender el punto de vista personal que los distintos retratos provocan en el escritor, en sus diversas tendencias y períodos históricos, y, así, todos ellos nos siguen anunciando su valor real y, además, para los mortales que desconocemos la Historia del Arte, nos abre los ojos, los colores, las escuelas, los instantes y hasta las dificultades que han tenido que superar los artistas hasta alcanzar el resultado final. Que unos cuadros, de diversos tamaños y estilos, nos hayan “contado” las distintas etapas que vivieron es un detalle que Carlos del Amor nos lega para siempre.
Ya hemos dicho que este es un libro para aprender en el que su investigador, en breves contenidos, además de desgranar quimeras y certidumbres, cada vez que acabábamos un capítulo, nos hace sentir la necesidad de ampliar lo ya sugerido. Luego, al entrar en otro apartado, 36 retratos hay en total, traspasábamos y pisábamos un mundo nuevo, una nueva forma de empezar y caminar: como si visitáramos un Museo.
Sí, eso nos ha sucedido: Carlos del Amor, Premio Espasa 2020, por Confabulación, Emocionarte. La doble vida de los cuadros, nos ha llevado de paseo por el mundo de la pintura y nos ha acercado, presumiblemente, a sus gustos; sin embargo, consideramos que siempre es bueno conocer interpretaciones sólidas que nos descubran realidades ocultas.
Y, en esta ocasión, Carlos del Amor nos ha zarandeado, agradablemente, eso sí, y hemos sentido su voz, que nos susurraba al oído las palabras certeras, a través de los retratos escogidos.
Una joya, un cuadro, un lienzo perfecto, es este libro.
Juan FERRERA GIL
(enseñARTE, 66)
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.20