Plantas medicinales: Rompepiedras

ROMPEPIEDRAS

Lepidium latifolium L.

NOMBRE-s VULGAR-es: Partepiedras. Lepidio.

(*) Al consultar bibliografía sobre plantas medicinales podemos encontrarnos con otra planta a la que también se le llama “rompepiedras” o Herniaria glabra y que también posee propiedades diuréticas, pero que pertenece a otra familia botánica, y tampoco se encuentra naturalizada o cultivada en Canarias.

FAMILIA: BRASSICACEAE

Algo de la historia de la planta:

Desde hace más de 2000 años son conocidas las virtudes medicinales de esta planta que era conocida por los médicos romanos como “lepidio de Plinio” en alusión a Plinio el Viejo (siglo I de nuestra era); también se le dió el nombre en latín Lepidium latifolium, que traducido al castellano significa “lepidio de hoja ancha”. Introducida en las Islas Canarias conserva desde muchos años el uso tradicional que hace honor a su nombre: “rompepiedras”.

Descripción

Planta herbácea que no alcanza al medio metro de altura; cuando crecen sus tallos son lisos y erectos, de color verde pálido; hojas grandes también verde pálidas, ovadas a lanceoladas, aserraditas en el borde; flores blancas diminutas, agrupadas en el tallo terminal. Al masticar la hoja muestra un sabor picante entre berro y mostaza.

Origen y ecología

De origen mediterráneo introducida en el archipiélago probablemente en el siglo XIX. Naturalizada. No amenazada.

Localización

En barrancos húmedos o cerca de nacientes. C, T, P.

Parte utilizada

Parte aérea: hojas y sumidades.

Principios activos fundamentales

Propiedades e indicaciones terapéuticas:

Derivadas de la experiencia de uso tradicional

Tradicionalmente se ha utilizado en nuestras islas fundamentalmente como diurética y para la disolución de los cálculos renales. En otros lugares también se la usa como aperitiva y digestiva, y como nutritiva (incluso en ensaladas) o antiescorbútica por la presencia de vitamina C; y en uso externo en forma de emplastos o cataplasmas para dolores de ciática y de muelas.

También José Jaén (1993) nos apunta además que las hojas masticadas dan fortaleza a las encías y dentadura; y que los baños de pies con caldo de rompepiedras caliente son muy apropiados para estimular la circulación y dar calor al cuerpo.

P. Font Quer (1973) nos dice además que es útil en las vaginitis en forma de irrigaciones o lavados vaginales a condición de mezclar hojas secas de rompepiedras con hojas y sumidades de tomillo.

Según el contenido en principios activos o ensayos farmacológicos

El efecto diurético de Lepidium latifolium ha sido verificado por farmacólogos de la Universidad de La Laguna en estudios in vivo sobre ratas de laboratorio concluyendo en un efecto diurético significativo y dosis dependiente con respecto a los controles.

(E. Navarro et al. J. Ethnopharmacologie. 41(1994) 65-69

Derivadas de ensayos clínicos

Avaladas por ESCOP o Comisión E u OMS 

Efectos adversos, incompatibilidades y precauciones

La presencia de la esencia sulfurada, como ocurre en el resto de las crucíferas, hace suponer en esta planta un efecto antitiroideo por un consumo continuado.Seguir las “precauciones fundamentales en la utilización popular de las plantas medicinales” indicadas en el apartado correspondiente del capítulo de “Introducción y Generalidades”.

Dosis y forma de administración

Tradicionalmente 3 hojas frescas en un litro de agua, en decocción, a fuego bajo hasta reducir el líquido a la mitad.

Infusión de una cucharada de las de café de 3 mls. = 1-2 grs. de hojas secas de rompepiedras, para una taza de agua de 150 mls., verter el agua hirviendo sobre la planta, dejar reposar tapada durante 10 mins., para después colar y tomar. Tres veces al día en curas discontinuas, por ejemplo tomar durante tres días y descansar otros tres.

Ejemplos de utilización

Infusión para los cálculos renales:

Poner una cucharada de postre de 3 mls. = 2-3 grs. de la mezcla en una taza de 150 ml, sobre la que vertemos agua hirviendo, dejar reposar durante 10 mins., colar y tomar 3 a 6 tazas al día.

(*) Debo insistir en que conviene realizar curas discontinuas de varios días y sobretodo tomar abundantes líquidos a lo largo del día para facilitar el efecto de lavado y evitar deshidratación.

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