Gracias a mi pueblo y a mis viejitos
Tómate unos minutos de tú tiempo, te lo agradecería, ya que es de bien nacidos ser agradecido, y hoy me toca dar GRACIAS, y que todo el mundo lo sepa.
Quizás muchos no recuerden, y ahora menos ya que llevamos dos años sin celebrarla por el covid, pero hoy 15 de marzo es el trigésimo aniversario de la Primera Romería de San José de la Montaña, en Montaña Alta de Guía, no crean que tengo mérito alguno de acordarme de dicha epopeya, es que ese fatídico día mi vida cambió y también la de mis padres.
Hoy 15 de marzo de 2022 hace treinta años que sufrí un fatal accidente en la recta de San Juan, en la que un conductor bebido se llevó por delante al coche en el que yo iba y a dos coches más, gracias a Dios y a San Juan nadie más sufrió graves consecuencias, salvo yo.
Con diecinueve años recién cumplidos me dieron una terrible noticia, y al mismo tiempo un clavo ardiendo al que agarrarme. Tenía solamente una posibilidad entre cien de volver a caminar, pero lo más probable es que no volviera a levantarme de la cama nunca más.
Lloré muchísimo en soledad y acompañado, la primera semana fue demencial, el mundo se había hundido a mis pies y no veía la salida.
Reconozco que nunca he sido optimista por naturaleza, siempre me he considerado más bien realista por eso veo la botella mediada, ni medio llena, ni medio vacía. Pero el apoyo de mis VIEJITOS en primera persona, mis hermanos, mi abuela Concha que fallecería a finales de ese mismo año y mis fuertes convicciones religiosas me hicieron confiar en que la recuperación era posible.
La familia es fundamental y ahí estuvo, pero el apoyo que me dio la gente de mi pueblo no lo podré pagar nunca. Es cierto que cuando hay un luctuoso suceso todos al principio arrimamos el hombro, pero luego el tiempo pasa, la vida sigue, y nos olvidamos. Pero eso no pasó con la gente, con la BUENA GENTE de MONTAÑA ALTA, durante meses TODOS LOS DÍAS por las tardes alguien acudía a verme a mi casa, a veces una persona, a veces varias, y muchas veces, muchísimas personas se agolpaban en una habitación para hacerme pasar una tarde más llevadera, incluso los grupos de catequesis del pueblo fueron a prestarme apoyo.
Ese ánimo, ese apoyo de la BUENA GENTE DE MONTAÑA ALTA, y el amor de mis VIEJITOS me dieron fuerza para saber que aún no era el final, y que la posibilidad de volver a caminar existía.
Hoy soy quien soy por mi trabajo y mi esfuerzo, nadie nos regala nada, pero sin el apoyo inicial para volver a LEVANTARME no habría sido posible, y eso fue mérito de mis VIEJITOS, de mi familia y de LA BUENA GENTE de MONTAÑA ALTA.
Recordaría mil anécdotas de esos duros meses, a gente que no conocía, a gente que nunca pensé ver allí, a gente que apenas trataba y a amigos de siempre, pero ya sería alargar lo que de por sí es un texto largo, hoy me postro a los pies de todos ellos por el granito de arena que pusieron cada uno para que hoy sea lo que soy.
Por eso hoy quiero mostrar mi agradecimiento eterno a mis VIEJITOS, que lamentablemente ya no están con nosotros, porque no se rindieron ante la adversidad y aquel 15 de marzo de 1992 los sometió a una dura prueba, al resto de mi familia, y a la BUENA GENTE de MONTAÑA ALTA, a la que siempre agradeceré que no nos dejaran abandonados a nuestra suerte, ni a mis padres, ni a mí. GRACIAS INFINITAS A TODOS y aprovecho para desear a todos un buen presente y un magnífico futuro sin olvidar en las fechas en las que estamos y como no, que “VIVA SAN JOSÉ BENDITO”.
SIEMPRE AGRADECIDO
Juan José Benítez Hernández
































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