Escuelas Artísticas Municipales de Arucas

No seré yo quien escriba la Historia de las Escuelas Artísticas Municipales de Arucas en sus más de veinte años de existencia: hay profesionales que lo dirán mejor. Solo soy y he sido un alumno que se ha beneficiado de sus enseñanzas donde los profesores han sabido actuar con honestidad, profesionalidad y mucha, muchísima, paciencia.

Las Escuelas lo han dado todo y más; aunque después, las distintas corporaciones, hayan actuado, sobreactuado y recortado iniciativas que, a pesar de todo, florecían en el municipio. Pero eso es otra historia. Este artículo no va por ahí. Pretende decir que las Escuelas son tan imprescindibles como la misma vida y han representado y representan aún la verdadera cohesión del municipio aruquense.

Otrosí: han contribuido a preservar la salud mental de la población y, en consecuencia, han provocado su felicidad. Y no es una afirmación gratuita. Primero, porque la propia Escuela tiene una personalidad definida y clara; y, segundo, porque la experiencia se demuestra con resultados. Y de ambas cosas, la Escuela sabe un rato. Ha habido años en que en ella descansó prácticamente toda la organización de las Fiestas de San Juan, aunque el ayuntamiento, cicateramente, no respondiera con, por ejemplo, un buen y decente equipo de sonido. Así que en su devenir ha habido de todo. Pero quisiera quedarme con lo bueno. Y, además, estoy convencido de que después de estos tiempos asirocados volverá ser la que siempre fue: una Escuela con proyección y seriedad demostradas. El tiempo va colocando las cosas en su sitio. Y cuando regresen las Ferias de la Música, que recorrían casi todos los barrios, habremos recuperado y reconocido la extraordinaria labor de unos profesores llenos de paciencia y de un entusiasta alumnado que tampoco se queda atrás.

Al tiempo.

Juan FERRERA GIL