La muerte se ha olvidado de nosotros, la veré otro día. Cuando el sol no caliente, cuando la lluvia no moje, cuando las flores me sean ajenas, cuando mis huesos se astillen y rezumen piruetas, entonces hablaremos.
Me quedan muchos postres por hacer, muchos cuadros que pintar, algunos nietos por conocer y esos arcoíris después de la lluvia.
Así que Ella se fue al solitario parque con un porrete escondido, para pasar el rato.
Texto e ilustración: Maribel Soria Fuentes





























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