“enseñArte” (42) Como cambia el mar: Elizabeth Jane Howard

Juan FERRERA GIL Martes, 01 de Junio de 2021 Tiempo de lectura:

Mar

     La naturalidad a la hora de contar es la virtud más evidente de esta novela que envuelve al lector en una historia de personas, sentimientos, logros y humillaciones, donde los viajes se suceden al mismo tiempo que los personajes los viven. Es como si fuéramos juntos. Luego, con la llegada, por ejemplo, a Nueva York, las amistades y compromisos profesionales aseguran un aterrizaje de compromisos y convencionalismos. La vida cotidiana del señor Joyce, dramaturgo de 62 años de reconocido prestigio, es el conducto por el que se desplazan los demás personajes, con miradas distintas de las de aquel, que son tratados de diversa manera. En el conjunto, todo habla de vidas cruzadas, intereses comerciales, egos tan vanidosos como los deseos escondidos y rencores que nunca terminan de irse. Pero, sobre todo, llama la atención, para este viajero entre palabras, la manera de contar: el estilo tan propio de Elizabeth Jane Howard, (Como cambia el mar, Siruela Nuevos Tiempos, Madrid, 2020) en el que la naturalidad es su mejor baza. Y su prodigio. Así, por ejemplo, en la página 62 escribe: “Él llegaba tarde y a ella eso no le gustó; ella ya se había vestido y a él eso no le gustaba. A ella le gustaría saber exactamente cómo había pasado el día y él no quería decírselo; ella quería contarle exactamente cómo había pasado el suyo y él no quería saberlo.” Pero, también, tiene la capacidad de jugar con períodos largos, muy largos. Y, en ambos terrenos, les aseguro que se desenvuelve de manera precisa y delicada.

     Otrosí, el alma de los personajes queda perfectamente retratada pues accedemos a la profundidad de sus pensamientos. Ya saben que el ser humano es capaz de decir una cosa y pensar, al mismo tiempo, otra muy distinta. Pues, bien, esa faceta la consigue la autora con aparente sencillez y facilidad, escondiendo detrás un trabajo serio y exhaustivo: el hecho de poder acceder a las interioridades de los personajes no es más que ahondar en la vida misma, donde las contradicciones y los deseos se funden, confunden y, a veces, provocan cataclismos que dan al traste con la existencia más normalizada y, supuestamente, equilibrada. Pero si importante es saber lo que sucede y dicen los personajes, no podemos olvidar etapas anteriores de sus vidas que definen su “estatus” actual. El hecho de que Elizabeth Jane Howard hable de experiencias anteriores, además de remarcar y acentuar el carácter de los personajes, sirve para que en la mente del lector la verosimilitud adquiera forma clara y plena y conforme la siempre difícil “estructura humana”, tan compleja y tan real.

     En definitiva, este libro me ha encantado. Y sus últimas páginas las he ido retrasando intencionadamente con el fin de alargar la novela, la excelente novela de Elizabeth Jane Howard, que ha sido todo un descubrimiento con esta segunda obra que leo de la escritora inglesa, fallecida en 2014.

     Seguro estoy de que no será la última.


 


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