Microrrelatos: "Mi primera vez"

¡Qué a gusto estaba en aquel habitáculo oscuro y cálido! Me movía como pez en el agua, como si controlara la situación; nunca más lejos de la realidad porque a pesar de estar como flor en el paraíso sentía unas pequeñas cosquillas placenteras y a la vez dolorosas.

Durante mucho tiempo, no sé cuánto la verdad, supuse que todo aquel entramado llegaría a un desenlace ¡Si,si..desenlace, nunca mejor dicho! Antes del momento en cuestión hubo ciertos meneos y escarceos, susurros o palabras distorsionadas ¡Qué palabras ni ocho cuartos! ¡Conversaciones enteras! ¿Conversaciones? ¡Me quedo corta aún! ¡Verdaderas ponencias!
Las oía como si estuviera en otra dimensión; me arrullaba el sonido de su voz, así gritara o soltara una carcajada escandalosa. Vamos que, a éstas alturas ya supones que desde muy pronto, me había prendado todo su ser ¿verdad?

Sentí cierto dolor placentero o, ahora con el paso del tiempo, reconozco que fue un éxtasis extraño unido al temor de no saber lo que vendría después por la novedad de la situación; aún así, sentí deseos de tomar mi papel de forma activa.
Movimientos espasmódicos y cuasi sincronizados, que ni sabía de donde provenían, fue la detonante de tan ansiadísimo desenlace. A pesar de que mi corazón iba a mil capté los susurros que ya no lo eran tanto y esas mismas palabras que oí me las repetí una y otra vez  "empuja, empuja".
Me dejé llevar serenamente y con los ojos cerrados sentí como si varias manos cálidas me protegieran, me acogieran, me abrazaran en aquella extraña sensación fría que estaba experimentando por primera vez.

Por fin, abrí los ojos. Alguien dijo una vez que lo primero que hice fue sonreír. ¡No sé, no lo recuerdo!

Y allí estaba ella. Allí la vi por primera vez. ¡Mamá!

Teresa Vera