Esta semana vengo a hablar del tema de moda y no, no es el covid. Parece que hay otro tema que llena horas de televisión y acapara conversaciones en las reuniones: Isabel Pantoja y Kiko Rivera están en guerra. ¡Madre mía! El titular suena casi tan potente como si hubieran entrado en guerra China y Estados Unidos, aunque eso ya ha pasado. Se dice por ahí que la pandemia que vivimos es en realidad la tercera Guerra Mundial iniciada por China como guerra bacteriológica pero, ¡qué se yo! Como diría Paco Umbral “yo he venido aquí a hablar de mi libro”, o en este caso de la Pantoja y su retoño.
Realmente, vengo a plantearles una incognita que les haga pensar. ¿Todo esto es verdad y está Kiko Rivera Pantoja mordiendo la mano que desde siempre le ha dado de comer? ¿Es Isabel Pantoja la gran mala de una rocambolesca historia donde hay una herencia robada a tres hermanos, una habitación misteriosa, un torero muerto y muchos papeles salidos de la nada? O por el contrario, ¿es todo una estrategia televisiva bien tramada entre Mediaset y los Rivera- Pantoja para ganar audiencia/dinero y salir dentro de un mes vendiéndonos una bonita reconciliación navideña?
Yo tengo mis dudas, parto de la base de que no me creo nada de lo que sale en televisión. Y esto, me cuesta aún más. ¿Cómo pasó “mi pequeño del alma” de tener una adoración absoluta por su madre, casi un compleo de Edipo, recogiendo sus propias palabras, a odiarla hasta “el infinito y más allá”? ¿Qué pinta Chabelita, la siempre gran ignorada, en todo esto? ¿Está de parte de su madre, de su hermano, de su tío? ¿Y los Rivera Ordoñez? ¿Ellos qué papel juegan?
Toda la historia me suena a bla, bla, bla, mentiras y más mentiras. Y conste en acta que de todo el mundo de la farándula, esta familia siempre me ha caído bien, bueno Chavelita no tanto, pero Kiko sí, y en mi coche muchas veces suenan canciones de Isabel Pantoja, porque cantando coplas de sufrir no tiene rival.
Pero eso no quita que todo este culebrón me suene a que necesitan dinero, vuelvo ahora sí al tema por excelencia: la pandemia.
El covid y sus restricciones han azotado el mundo de la cultura. Conciertos cancelados, shows suspendidos, discotecas cerradas. Y de eso, en teoría, vive toda esta familia, de cantar, de pinchar música en discotecas, si no pueden hacer todo esto, ¿qué hacen? Pues pelearse y venderlo todo. ¡Ay Dios, si Paquirri levantara la cabeza!
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