La reconstrucción de los castillos defensivos del Real de Las Palmas (Año 1739)

Felipe Enrique Martín Santiago Lunes, 10 de Febrero de 2020 Tiempo de lectura:


Durante el siglo XVIII, las instituciones públicas de la isla de Gran Canaria se centraron en restaurar la infraestructura defensiva de la ciudad del Real de Las Palmas, haciendo frente, al mismo tiempo, a la construcción de un nuevo Puente de Palo en el Guiniguada.


Al final de la centuria venidera, siglo XIX, los objetivos fueron totalmente distintos, desmontando las antiguas murallas para urbanizar de forma progresiva el tramo desde la Portada de Triana hasta el Istmo y La Isleta, con la construcción del Puerto Refugio de La Luz (1883). La documentación existente en el AHPLP es esencial para apreciar los cambios de la capital judicial del Archipiélago canario durante el Antiguo Régimen, el Real de Las Palmas. A finales del siglo XVIII el contexto histórico internacional exigía reforzar la estructura defensiva de la capital.

Desde La Isleta hasta San Cristóbal, por toda la línea de costa del N-NE de la capital Real de Las Palmas, destacaban tres fortalezas en la defensa de la ciudad. La principal, entre el Itsmo y La Isleta, el Castillo de La Luz, junto a la ermita del mismo nombre que le da nombre. En la muralla Norte o de Triana, debajo de la Portada y junto a la marisma, el Castillo de Santa Ana. Por fuera de la muralla Sur o de Vegueta, en el actual barrio de San Cristóbal, el castillo de San Pedro Mártir o San Cristóbal. Existían otros con un papel secundario, debajo de la actual Base Naval, el castillo de Santa Catalina; en la muralla Sur, en la costa, la fortaleza de Santa Isabel.

caastillodelaluzCastillo de La Luz

Sepan cuanto esta carta vieren como yo Joseph Morales vecino del lugar de Arucas, digo que por cuanto los señores Cabildo, Justicia y regimiento de esta isla para ocurrir a la total ruina que amenazan los tres castillos que son de su cuenta, a saber el principal de la Luz , el de Santa Ana, con el pedazo de muralla hasta la escalera y e de San Pedro; Dispusieron reedificarlos y para ello mandaron hacer reconocimiento de lo que cada uno necesitaba que con efecto se hizo – y éste halló necesario:

El dicho Castillo de la Luz= De tres pares de ruedas para los cañones: Hacer y encalar la pared de la sala del Castellano; recorrer las juntas de la Planta forma; aderezar el alojamiento de los soldados; Poner madera en uno de los almacenes; y hacerles unos estribos a las madres de ambos; arrasar los pretiles y escarparlos de cantería y cal , rexonar todo el Castillo, Entrale los cantos que fueren menester; Entullir los dos torrexones, poner cal, y todo lo necesario de buen materia para ello.

castillosantaanaCastillo de Santa Ana

Castillo de Santa Ana de cuatro pares de ruedas para Cañones = Hacer el Portalón de la escalera Componer el aljibe , que sostenga el agua y hacerle su Puerta de Cantería; bajar los pretiles y escarparlos de cantería y cal = Componer la garita de los soldados = Llenar la Planta forma de cantería para lo cual se quitarán todos cuanto no estuvieran a satisfacción de los que hay en ellos. Jablar los pinos de los dos almacenes =Aderezar los poyos del alojamiento con ladrillos o cal = Ladrillar la sala del Castellano reformar todo el Castillo y muralla hasta la escalera con cal a piedra descubierta y hacer los pedazos que faltan en dicha muralla. Con el mismo material que se hizo nueva =Entrar así en dicho Castillo como en la muralla los Cantos que faltan y aderezar el lugar común.

castillolalajaCastillo de San Pedro Mártir o San Cristóbal

Y el castillo de San Pedro [San Pedro Mártir o de San Cristóbal] llenar la plataforma de cantería quitando pisos en ello todos los que no estuvieren a satisfacción = Desbaratar los pretiles, arrasarlos y escarparlos de Cantos y cal , y reformar con Cal todo lo que fuere menester=

Y considerando dichos Señores del cabildo, Justicia y Regimiento el crecido caudal que para lo referido se impendería y que podría ser mayor el costo si la referida obra que tanto urge al bien común y de la Patria, en caso de hacerla pagando para ello oficiales con más sano acuerdo, determinaron se rematase la dicha fábrica por pregones que para el que quisiese hacerse cargo de ella por el menor valor , en cuya virtud se formó auto en el mes de diciembre del año próximo pasado por el Señor Corregidor y Capitán general de esta isla para dicho fin expresando ser condición de precisa observancia que el que se hiciese cargo de la fábrica por la cantidad en que se rematase había de tener obligación de poner todos los materiales que se hubiesen menester sin excepción de cosa , y que la cantidad del remate se había de dar en tres plazos. El primero antes de empezar a hacer la fábrica, el segundo a medio hacer, y el tercero después de fenecida, acabada y perfeccionada ; y antes de entregarse el último tercio se había de reconocer por peritos toda la fábrica , y si estaba, o no capaz, y segura, y de no hallarse así no solo, se le había de dar el últimi tercio, sino que se le había de compeler hacerla de nuevo , dando por todo fianzas a satisfacción de dichos señores….”

11 de junio 1739
Escribano Pablo de la Cruz Machado
legajo 1625
folio 101- 106
AHPLP
Felipe Enrique Martín Santiago
Historiador e investigador

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