Días atrás, mientras luchábamos incansablemente con el fin de reducir los índices de colesterol y de azúcar en sangre, descubrimos que algunas calles de la ciudad se han asalvajado. Por ejemplo, la calle de La Laja, en el populoso barrio de La Goleta, es el preludio de la calle Mozart, donde las hierbas casi tienen el tamaño de una persona. Pero hay más: Avenida de Visvique, Barranquillo, Marqueses…. Y ocurre lo que se ve en la imagen: ya nadie corta las hierbas que en las orillas de las aceras crecen. Nadie. Y es más frecuente de lo que creemos o vemos. Lo cierto es que resulta un espectáculo bastante feo. Imaginamos que alguien encontrará la solución a este abandono. Porque lo peor de todo es la desidia y la dejadez.
Y, desgraciadamente, viene de lejos: desde hace ya algunos años, el olvido ha ido creciendo.
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