El lunes, 24 de junio, San Juan Bautista y la Virgen del Rosario volvieron, una vez más, a recorrer las calles de la ciudad, acompañados del clero, diversas autoridades y, sobre todo, de la gente de Arucas.
Un año más la Procesión de San Juan Bautista fue recibida como se merece: con el calor de los aruquenses y foráneos. Si bien el día amaneció soleado, luego se cubrió de nubes pero el calor continuaba en un día plomizo. Esta vez los chubascos de San Juan se han ido, seguramente, por lo del cambio climático. En cualquier caso el día fue doblemente intenso: siempre, en estas fechas, es la oportunidad para saludar a los amigos y vecinos que regresan; además, la tradición se renueva: mucha gente para ver salir la procesión. Siempre es una costumbre que se renueva cada año.
El recorrido de la procesión fue el habitual y las dos bandas que acompañaron al Santo Patrón y a la Virgen del Rosario llenaron de sonidos musicales los aires norteños. Mucha gente en la calle. Y eso siempre alegra.
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