La vida no es un sueño
Y todo se desvanece.
Nadie de nada es dueño,
pues somos del material
con el que se hacen los sueños
en un cosmos irreal.
No es como soñar la vida,
ni tampoco una ilusión,
pero puede serlo a veces
cuando a un sueño se parece
y se vuelve prodigiosa,
un don que se nos ofrece.
Como un regalo es el sol
al alba, cuando amanece.
Así mismo es un horror
si se torna en pesadilla
y de espantosa estremece.
Entonces el sol no brilla.
Un portento, una aventura,
un romance, un gran amor,
o un tormento que enloquece
y obnubila la razón.
De prodigios y de horrores
es un compendio la vida;
de hazañas, luchas perdidas,
grandes gestas, pequeñeces...
Y todo se desvanece.































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