Dice el escritor y catedrático Carlos García Gual que “la gente que no lee es gente de mentalidad muy reducida: vive en la prisión del presente”. Y a mí lo que me ha llamado la atención es eso de “la prisión del presente”. Y, además, me parece de lo más acertado. Es verdad que en estos momentos convulsos y altamente efímeros el presente no nos deja ver el bosque. Ni siquiera el poder encontrar un hueco por donde escaparnos. Y pararnos. Y pensar un poco. Incluso hasta disponer de tiempo para aburrirnos, convertido ese verbo en una especie de estigma horroroso. Hay miedo a estar solo. Y ya no hay tiempo para leer. Y sumergirnos entre las líneas de palabras que nos conduzcan a un túnel del tiempo personal e intransferible.
Sin embargo, estoy convencido de que todavía hay muchos lectores. Y resisten.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.110