PHOTOTEX. "Domingo Rivero: una vez más"

Juan FERRERA GIL Domingo, 07 de Octubre de 2018 Tiempo de lectura:

Domingo Rivero

La escultura del Parque Chino, en Arucas, del poeta Domingo Rivero, no es una escultura cualquiera: es una realidad permanente que no solo mantiene vivo al poeta, sino que, al mismo tiempo, continúa susurrando sus versos. Pensamientos únicos y emociones propias del que miraba con atención, y discreción, la vida. Nos regala la vida de su tiempo y la prolonga en la nuestra. Es lo que tiene la Literatura: nunca muere. Y siempre nos entrega, como si de una donación se tratase, las interpretaciones acordes con cada momento histórico. Por eso escribió lo que escribió Domingo Rivero. No por la fama venidera, sino porque deseaba llegar al corazón de quienes ya no vería. Por eso los poetas son eternos. Y Domingo Rivero lo es. Porque su ideal no ha muerto.

De la ermita perdida
en la falda del monte solitario,
imagen de mi vida
entre ruinas se eleva el campanario.
Mi vida fracasó: desvanecidos
contemplé mis anhelos; y mis hombros
siento ya que vacilan doloridos
de sostener escombros.
 
Pero en mi pecho se conserva sana,
como en mi fuerte juventud lejana,
la recóndita fibra
donde, cual entre ruinas la campana,
el ideal aún vibra.
 
Domingo Rivero (1852-1929)
Domingo Rivero, Poesía Completa, Eugenio Padorno, ULPGC, 1994

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