José Luis Marrero es un escultor que proyecta una visión personal de la existencia.
Y desde ella se plantea otras cuestiones. Intenta encontrar respuesta a sus planteamientos estéticos y escultóricos. Por eso la escultura de la imagen es como un signo de interrogación. José Luis Marrero siempre está dándole vueltas a la vida, y la aprecia en sus actos más cotidianos. Y cada vez que va por la plaza, los vecinos le dicen lo que no se atreven a los concejales de ahora: alguna queja, alguna idea... Y José Luis contesta encantado. Quizás por eso se hizo escultor: por la dureza de la vida y de las relaciones, tan complicadas.
Siempre está José Luis dispuesto a escuchar. Tal vez por eso su obra respira de otra manera. Acaso como él.































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