La U.D. Barrial: cuando no hay más combustible que el esfuerzo y el cariño

Opinion

juanreyesA unos pocos metros de la entrada principal de Barrial, se encuentra la Sociedad Cultural, Recreativa y Deportiva Barrial, yo la recuerdo como lugar de encuentro con viejos amigos y conocidos, unidos por los mismos recuerdos vividos y el mismo sentimiento: el histórico Club de la U.D. Barrial.

Detrás de este club hay muchos años de historia, como los habrá en cualquier otro, pero que se caracteriza, como pocos, por el sacrificio diario, el esfuerzo desinteresado, la humildad, la amistad, la pasión por el fútbol y sobre todo el eterno amor a los colores amarillos y azul del club y del barrio.

Allí se formó una gran familia, donde todos en algún momento habíamos pasado por este lugar, ya fuera como jugador, familiar o dirigente de la Entidad. En las paredes de la sede se hallan plasmados todos estos años, con fotografías de ex jugadores y dirigentes del club. Casi todos los que se veían allí, se hallaban enmarcados en esas paredes, vistiendo la camiseta amarilla.

La Sociedad se caracterizaba por las charlas entre viejos amigos, conocidos, el buen humor y sobre todo por ser ese grandioso inmueble para muchos, punto de encuentro.

El establecimiento, por su infraestructura, a poco que se potencie las secciones de que dispone la Sociedad, puede brindar mucho al socio.

Su particular forma de financiarse es una de las cosas que demuestra que es aún un club de localidad. Como una clase que quiere pagar su viaje de fin de curso, la U.D. Barrial para cubrir los gastos hace rifas y lotería. Si bien esto ya no alcanza para mantener al club regional y a toda su cadena, por lo que actualmente se recurre a otras fuentes de financiación (empresas, sponsors, cuotas de padres/madres, etc.). No hay dudas de que la fortaleza más grande del Club, es su masa social incondicional, el amor por los colores que lo mantiene vivo y que preserva esas características que identifican al verdadero fútbol de Barrial (mezcla de técnica y fuerza).

La U.D. Barrial, entidad cultural, deportiva y recreativa del barrio que lleva su nombre, continúa sobreviviendo pese a la existencia de grandes dificultades de diversa índole, pero lo hace a fuerza de pulmón y ganas de personas, cuyo único interés ha sido desde siempre, el de aportar su esfuerzo personal para seguir siendo, generadores de identidad y pertenencia. Nuestro Club ha sido parte fundamental, a lo largo de los años, del devenir del barrio; por ello, ahora mismo, ha llegado el momento de potenciar todas sus secciones, a fin de que, con más o menos frecuencia, la mayoría de las personas que viven en el barrio y aficionados, lo visiten para reunirse con socios y simpatizantes o sumarse a un desplazamiento organizado por el Club, en plan excursión; sería muchas veces punto de encuentro, pero fundamentalmente como entidad que aglutina y de algún modo refuerza la identidad, en sentido de pertenencia.

En los salones de la Sociedad, los socios y los chicos/as de nuestro club, podrían hacer uso de una serie de secciones permanentes que podrían estar disponibles en breve, para su ocio y disfrute, como sala de lectura, juegos de mesa, sala de juegos (ping-pong, futbolín, etc.), cafetería, gimnasio, biblioteca y sala de ordenadores. Y como no sólo de cultura y de deporte se vive, hay que darle algo de alegría al cuerpo y al alma, y por ello, la Sociedad, yo creo, que está en condiciones de ofrecer también a todos sus socios un amplio abanico de actividades, tales como: cursos de guitarra y timple, baile canario, bailes de salón etc. Y como desde sus inicios, nuestra Sociedad siempre ha estado involucrada con la cultura, se podrían celebrar también actividades de teatro, actuaciones de agrupaciones folclóricas, conferencias, presentación de libros, mesas de debate y exposiciones varias; dejando clara la idea eje de nuestro club, que no es otra que la de lograr que la infancia y la juventud sean lo más sana posible; para ello, todas estas actividades culturales, deportivas y recreativas son fundamentales y siempre han sido y serán nuestra seña de identidad. Para los más jóvenes jugar con euforia, inocencia, ansiedad; y en los lugares más reservados, la pasión de los adultos y mayores; esos que se divierten con los juegos de mesas y ya peinan canas; en los departamentos interiores, algún socio más joven o el padre de un niño que visite diariamente las instalaciones del lugar, cambiando una lamparita, pintando o arreglando algún artefacto. Todo bajo un mismo techo, como si fuera “una familia”.

Sin gran sostén económico, nuestro club continúa subsistiendo como desde el día en que se fundó; gracias al esfuerzo, al sacrificio y a la aportación económica, como no podía ser de otra manera, de directivos, rifas, lotería, socios, abuelos, padres y alguna que otra ayuda de las instituciones públicas.

La U.D. Barrial fue fundada por el amor y el esfuerzo de todo un barrio y sigue siendo sostenida aún en la actualidad por la misma fuerza.

Este club tiene decenas de años y continúa manteniendo sus tradiciones, su espíritu y su gente; por ello, en breve, la Sociedad deberá abrirse a los jóvenes, adultos y mayores, a fin de que compartan, el espacio físico de un lugar que les permita desconectarse e interactuar.

Pero mucho más que un espacio, el club deberá cumplir un rol fundamental en el seno del barrio, puesto que ha de convertirse en un espacio de interacción donde la recreación y el ocio sea posible. Asimismo, lo que los clubes generan, principalmente, es ese sentido de pertenencia que lleva a querer, cuidar y ayudar en su crecimiento, a todas las personas que de alguna manera son parte integrante de la entidad; y en este barrio lo son la práctica totalidad.

Yo creo que lo más importante de esta entidad es el “rol social” que ocupa. Esto es netamente social, hay que reunirse, sólo por el hecho de juntarse, de charlar. Habría que disponer de los canales de tv., que emiten fútbol en la sala destinada a ello, a fin de compensar al socio por el pago de su cuota y de darle mayor vida a la Sociedad con la asistencia de socios, padres, abuelos y jugadores interesados en ver partidos de fútbol. Y cumpliendo con su rol social, que es muy significativo, se reforzará, sin duda alguna, el vínculo con su masa social; porque la relación sería mucho más cercana y familiar.

Desde siempre los dirigentes de este Club, han sido socios que han querido hacerse cargo del mismo, solamente motivados por el cariño a la entidad y ello es una basa muy importante para que la relación entre socios, simpatizantes, padres, hijos, abuelos y directivos, sea familiar y no protocolar. Habría que conseguir que el contacto entre ellos, no sea a través de notas ni nada de eso. “Es estar presentes”.

En una era donde la identidad está tan globalizada como las culturas, y donde los espacios virtuales les van ganado terreno a los espacios públicos, los clubes sociales y deportivos de localidad siguen teniendo un plus que les permite flotar en medio de mareas no sencillas: el perfume a barrio, la magia del cara a cara, de la cosa compartida. Con muchas desavenencias son aún centros donde el sentido de pertenencia toma fuerza, en el color de un escudo que agrupa, en la tradición que se mantiene, en encuentros que recuerdan de donde se salió y donde se está. Y todo eso mueve voluntades y los salva: porque es precisamente la voluntad de sus vecinos y socios la que los mantiene en pie.


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