En la tarde-noche del jueves, 7 de junio, comenzó de manera oficial las Sanjuaneras 2018 en la ciudad de Arucas. Y empezó con la música del guitarrista, Luis Batista, y la cantante, Isabel Pönicke, que interpretaron tres temas musicales en el que demostraron su buen hacer y su profesionalidad.
El maestro de ceremonias, Luis Socorro, como viene siendo habitual, abrió el acto y dio paso al alcalde, Juan Jesús Facundo, quien glosó brevemente la figura de Rafael Méndez, del que dijo que “tiene dos pasiones: la música y la Unión Deportiva Las Palmas”.
El pregonero, e Hijo Predilecto, Rafael Méndez Martín, presidente de Destilerías Arehucas, pronunció un alegato bien construido y entretenido. Y dejó muy claro desde el principio que “los discursos breves mueven corazones y los discursos largos mueven traseros”. Luego añadió que “en Arucas viví mi infancia, sobre todo, desde el viernes por la tarde hasta el lunes pues el resto de los días estudiaba en la capital.” Luego habló de la Fábrica del Ron, del ambiente familiar que allí se respiraba y se respira “y de un guardián llamado Tomasito que trabaja de lunes a domingo de ocho de la mañana a ocho de la noche; era bajo de estatura y siempre llevaba un sombrero de ala ancha. Y siempre iba acompañado de una radio. Él me inculcó el amor al fútbol y a la Unión Deportiva. Nunca Tomasito fue al Estadio Insular pero fue un gran aficionado. Y mi tío Alfredo me inculcó el amor por las fiestas de San Juan”. Finalizó su intervención Rafael Méndez Martín así: “disfruten con alegría y moderación estas fiestas. ¡Viva San Juan y los aruquenses!”
Posteriormente, la música que en la sangre lleva José Manuel Ramos, pues de todo es sabido que de “casta le viene al galgo”, abrió la segunda parte del pregón. Con Ramos regresó Antonio Machín y el estilo de las viejas orquestas, como para indicar que el tiempo es una entelequia y que gira sobre sí mismo: regresan las viejas canciones que, en nuestra juventud, no nos gustaban nada y que, desde hace ya algunos años, vemos de otra manera y forman parte casi inevitable de tenderetes e improvisadas juergas. Y con José Manuel Ramos regresó a Arucas Antonio Machín, que actuara años ha en el Cine Viejo, que casi representan lo mismo: su amor indiscutible por las bellas canciones de siempre y por la música, auténtica pasión familiar de Ramos, que se ha movido entre el folklore y el pop, alumbrando discos colectivos y otros de manufactura individual: de todos es su conocido “El bar de los mal amados”, entre otros temas musicales. La noche se brindó a las canciones Ramos-Machín y la calidez del público se puso de manifiesto en su participación, cantando canciones, y con sus aplausos sinceros y entusiastas. El hecho de que el espectáculo llevara el título de “Ayer, hoy y siempre”, y que representaba un programa de radio de los de antes, con lecturas de cartas de los oyentes y publicidad de la época incluida, no solo es una verdad absoluta sino que los mismos adverbios traspasan su significado y avivan los recuerdos en el público que asistió al evento.
Ha sido un extraordinario pregón y una actuación musical que nos ha hecho sentir que las canciones de siempre “son para siempre”, a pesar del cambio de costumbres que parece arrasar con todo. O casi todo. Pero solo lo parece.
La palabra y la música siempre van de la mano.
¡¡Felices Fiestas!!
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