En Guía de Gran Canaria habitó un matrimonio muy apreciado y querido por todos los guíenses, formado por, don Rogelio Calero Vidal y doña Ursula Aguiar. Don Rogelio llego a Guía hacer el servicio militar en la época del Regimiento, o sea en los primeros años del siglo XX. Doña Ursula guíense de nacimiento, era miembro de una familia estimada en Guía. Sus hermanos bastantes conocidos eran, Pepe encargado toda la vida de las finca de Juanito Suárez en Cañizales, Antonio conocido por “el meina”, empresario de productos eléctricos y radio eléctricos, y durante algún tiempo distribuidor de gas butano concedido por DISA, labor que realizaba en un pequeño camión su hijo Antonio, y Juan Fernando, barbero y músico.

Este preclaro y modélico matrimonio tuvo una descendencia bastante abundosa, exactamente nueve hijos, ocho varones y una hembra. Cuatro de los varones fueron tocados por una “varita mágica”, que los convirtió en unos excelentes futbolistas, y como se vera en algo más. Suso jugó sus mejores temporadas en el Unión Tirma de Guía, junto a Geño Abreu, Pepito Caballero, Mariano Chirivella, los hermanos Tino y Nando Pérez, Manolo Moreno, José Calaza, Miguel Armas, su hermano Rogelio incluso, Martín Estévez, etcétera. Retirado del fútbol, se convirtió en un reconocido y prestigioso entrenador

Rogelio ya citado también destacó en el Tirma, junto a los futbolistas citados. Fue a prueba al Hercules de Alicante, que estaba en Primera División de mano de Zacarías (a la sazón entrenador del club guíense, y que siendo joven defendió la portería del equipo alicantino), también fue probado por la UD. Las Palmas, y la suerte en ambos casos lo abandono, no motivado por su perdida de excelencia futbolística que nunca perdió, sino por motivos de otra índole que no viene al caso citar.

Sigfrido fue el “master” de los hermanos, no solo destacó como un extraordinario futbolista, sino como jugador de baloncesto, balonmano, y por si fuera poco como un excelente practicante de pím póng. Una de las múltiples facetas en las que destaco de forma extraordinaria fue en el “atletismo”, como corredor de fondo y de largas distancias, que yo recuerde gano todas las pruebas en las que participó, 800, 1500, 8000, e incluso en las tres primeras carreras que celebraron con motivo de las fiestas de San Pedro Martir en Las Palmas, que se iniciaba en la playa de las Canteras y finalizaba en la Plaza de Santa Ana.

He leído hoy en el CANARIA7, que en mi pueblo se va a celebrar próximamente el 60 aniversario de la fundación del UD. Guía. Por ello apelo a los promotores de este acto, así como a los gobernantes, reconozcan la grandeza deportiva de Sigfrido, que siempre fue el número “uno”, en cuantas competiciones participo, en el estadio de Manzanilla de La Laguna, en el Martín Freire de Las Palmas y cuanta se celebraron en la comarca norte noroeste. Es evidente y siempre lo he manifestado, este guíense ha sido el “con diferencia el mejor atleta nacido en Canarias”. Formó en las filas del UD. Guía muchos años con Pablo Cabrera de entrenador.

En la actualidad de este poker de ases, solo queda Rubén que vive en Arguineguín, que también fue un excelente futbolista y jugador de baloncesto, balonmano.

Los demás, Alberto se hizo Especialista Radio en la Escuela de Transmisiones del Ejercito del Aire, y se retiro de Teniente Coronel, Fernando realizó un curso de Meteorología y fue destinado al Aeropuerto de la Palma, donde contrajo matrimonio, Raúl que tuvo varios negocios, y finalmente Cesar que destacó como un excelente carpintero. Pienso que si pueblo existe gente que recuerden a esta familia, reclamen al igual que yo, que se haga justicia y se valore la calidad deportiva y humana de Sigfrido Calero, que incluso fue concejal del Ayuntamiento de Guía.

Por su parte, Azucena fue durante muchos años la encargada de la Gota Leche en Guía, Casó con una excelente persono como fue Gabriel Llorens.