¿Y por qué no, una escuela de padres de fútbol base?
La creación de una escuela de padres sería, desde mi punto de vista, el no va más de los clubs, para la mejora de la relación padre/entrenador y padre/hijo/a, ya que debido a las quejas de los entrenadores por comportamiento de los padres de los niños/as, se llega a perder la comunicación y lo que es peor todavía, me atrevería a decir, que incluso llega a prevalecer la indiferencia entre ambos; es decir, de lo peor que podría suceder; y ello, por supuesto, no es nada alentador para el niño/a; puesto que es siempre el que pierde; a saber; en una Escuela de Fútbol, normalmente solemos encontrarnos varios perfiles de padres; uno de ellos, es el de los que no participan en ninguna de las actividades ni reuniones organizadas por la escuela; aquí, a mi juicio, la Escuela siempre tendría un importante trabajo que realizar; que sería, sin duda alguna, averiguar cuáles son las causas de su ausencia y partiendo de ahí, tratar de intentar encaminarlo por la senda de lo positivo. Otro de los perfiles, es el de los padres que suelen corregir, reprender y regañar constantemente a su hijo/a; nunca suelen salir satisfechos con lo que el niño/a realiza en el terreno de juego y relacionan el éxito o el fracaso de su hijo/a, como suyo; ni que decir tiene, que actitudes de esta índole, pueden perjudicar y perjudican con casi toda seguridad al niño/a; ya que se le suele generar estrés y ansiedad, al llegar a pensar éste, que nada de lo que hace es del agrado de su padre; en este caso, cuando consideremos que debemos cambiarles algo, tendríamos que hacerlo, tratando de encontrar los aspectos positivos en todas las acciones o situaciones. El tercer perfil de padre es el de los que no cesan de gritar, el de los que dan la impresión de que están enfadados con todo el mundo, que gritan a todo el mundo, a sus hijos/as, al árbitro, al entrenador..., hasta el punto de que el hijo/a que está jugando podría sentirse en ese momento, hasta avergonzado; lo que le haría perder, por supuesto, la concentración; este tipo de problema, se podría solucionar dándole a este padre, una función que sea valiosa para el entrenador, y que al propio tiempo sirva para mantenerlo ocupado y distraído. En el cuarto perfil, tenemos a los padres que hacen de entrenadores; éstos que no se conforman sólo con indicar y dirigir a su hijo/a, sino que incluso se permiten el lujo de dirigir a todo el equipo desde la banda, lo que sin duda alguna, podría provocar, un cruce de informaciones contradictorias entre el padre y el entrenador, generando con ello, inoportunos desajustes al equipo; ello se podría solucionar, por supuesto, indicándole a los jugadores que sólo atiendan las consignas del entrenador y para corregir la actitud del padre podría sugerírsele a éste, hablar en privado y si fuere necesario ofrecerle, cómo ya avanzamos antes, cualquier cometido en el equipo. El quinto perfil de Padres es el de los que se aterrorizan con las acciones que se podrían producir en un partido; terror que le transmiten a los niños/as en ocasiones, hasta el punto de que el día que su hijo/a tiene un partido con un equipo duro, no le permite ni tan siquiera hacer acto de presencia en el partido. Con una explicación del contenido del fútbol, e informándoles de que las reglas de este deporte protegen al jugador y de que un entrenamiento bien programado, reduce la posibilidad de lesiones, podría resolverse en parte o en su totalidad este problema. Y para finalizar, tenemos el perfil de los padres, que tras recibir las notas al final de cada trimestre, y no siendo éstas de su agrado, castigan al niño/a con quitarle la práctica del fútbol; esto se podría solucionar explicándole al padre, que para el club, los resultados académicos es una de las prioridades de la escuela; y que el quitarle la práctica deportiva al niño/a, puede repercutir negativamente en el rendimiento escolar.
Por todo ello, yo personalmente creo, que el tratar de dar solución a estos comportamientos podría ser competencia de la Escuela de Fútbol y que lo podría conseguir a través de la Escuela de Padres. Con una reunión que se mantenga al inicio de la temporada con todos los padres, serviría para explicar las finalidades de la escuela, presentar a las personas que estarán con los niños como entrenadores, preparador físico, etc, e incluso, explicar las funciones que realizan cada uno dentro de la escuela; decirles cuáles son los objetivos del deporte base y repartir el planteamiento previo del trabajo que se va a realizar a lo largo de la temporada, con el calendario, horario y duración de los entrenamientos, las normas de régimen interno, etc. Y por supuesto que también habría que decirles, qué esperamos de ellos y cuáles son las funciones que se espera que cumplan a lo largo de la temporada. Yo personalmente, no tengo la menor duda, de que la creación de la Escuela de Padres en un club, contribuiría a la mejora de las relaciones antes mencionadas, a transmitir conocimientos y estrategias a los padres para una mejor práctica deportiva de su hijo/a, y a una mayor participación en la mejora de la imagen de la escuela o Club. Y para terminar no podemos olvidar a las personas que tendrían mayor dedicación en la Escuela de Padres, serían por supuesto que el Director Técnico y entiendo que la figura del psicólogo, en tanto que esta persona, podría ayudar muchísimo con su ayuda técnica; aunque todos los componentes de la misma, podrían tener presencia en ésta, con charlas y coloquios, al menos, una vez al mes.
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