Lo que pasó en el pleno extraordinario galdense este viernes, es muy grave, y lo es no por las habituales trifulcas entre el mandamás y la oposición, sino por algunas manifestaciones vertidas por el regidor, que no aprende, y sigue actuando a golpe de calentón. Y es que las acusaciones realizadas por el alcalde sobre los trabajadores son sencillamente, de juzgado de guardia. Trabajadores que no cumplen los hay en todos lados, pero generalizar, y es aquí donde está el gran error del regidor, no se puede consentir. Las acusaciones están hechas, y esas acusaciones dañan la honorabilidad, que la hay, de muchos trabajadores.
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