La canción hablaba de dos caminos, "uno muy grande y el otro más chico".

Lo importante, y lo difícil también, es saber tomar la decisión, aunque nos equivoquemos. Lo triste es que en esta sociedad de ahora, tan "empantallada", tan pueril, el error y la equivocación, tan denostados, parecen un obstáculo insalvable. Y frustrante. Incluso a veces se convierte en una desesperada depresión. Ya ven, acostumbrados a la felicidad casi permanente, en cuanto flojeamos un poco y aparecen nubarrones en el horizonte el mundo se nos echa encima.

Da igual: hay que tomar una decisión. Y seguir caminando.