 Nos visita de nuevo Domingo Rivero. Ahí está, en el centro de Arucas, donde el Parque Chino. En esta ocasión nos regala una estrofa de su soneto más celebrado: palabras profundas que sirven para mirar dónde pisamos; palabras sinceras para decirnos lo efímeros que somos.
Nos visita de nuevo Domingo Rivero. Ahí está, en el centro de Arucas, donde el Parque Chino. En esta ocasión nos regala una estrofa de su soneto más celebrado: palabras profundas que sirven para mirar dónde pisamos; palabras sinceras para decirnos lo efímeros que somos.
Como debe ser, para no envanecernos. Es lo que tiene la Literatura.






























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