Llegó el día anual en el que el Valle de Agaete dormirá en el pinar de Tamadaba, soñando con las verdes ramas.
Este lunes, 27 de junio, los vallenses cumplirán con su tradición festiva, haciendo el camino de Tamadaba, en busca de la ofrenda de ramas.
Algunos subirán temprano, aprovechando el fresco de la mañana. Otros se desplazarán en sus vehículos para montar el tenderete.
Los más, esperarán a la noche, para acompañados por el sonar de las caracolas, hacer el sagrado camino.
Durante todo el día, la jiribilla festiva estará presente en el Valle de la villa marinera. Será la de este lunes, una jornada intensa, preparando las casas para recibir a la familia y a los amigos.
Se preparará con amor el caldo milagroso, habrá esmero en la preparación de la carne y la ensaladilla rusa.
En el Kiosko, al mediodía, caerá alguna cerveza para ir preparando el cuerpo, y los jovenes dedicarán buena parte del tiempo a preparar sus mochilas.
Se esperará con anhelo la caída de la noche, para salir a la calle y al toque del volador, bailar la despedida de los romeros.
A la medianoche, la ilusión brillará en los ojos, iniciando la subida al pinar. El sonar de la caracola marcará el camino, iluminado por la luna. Será cansada la subida, pero el esfuerzo valdrá la pena para disfrutar de la noche festiva en Tamadaba.
Bajo los pinos se extenderá la alegría, se cantará y se evitará como se pueda la llegada del sueño. Se disfrutará de la vigilia, esperando con esperanza el primer rayo de sol, para comenzar la querida labor de la preparación de los frondosos ramos.
Con la mañana se hará el camino de regreso , bajando el pinar hasta el Valle para ofrendar la enramada al patrón San Pedro.
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