Las líneas que vamos dibujando en la vida no solo se reflejan en el rostro o en las manos.
También nuestras palabras van adquiriendo el sabor del paso del tiempo. Por eso las líneas fugaces de esta imagen señalan opuestos senderos en dos tonos de color; acaso los que definen la existencia en estos momentos. Es la vida apenas un instante.
Pero está más llena si seguimos sorprendiéndonos cada día como cuando éramos niños.



























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