Como es imposible hacerlo individualmente, en nombre propio y en el de toda la familia, agradecemos públicamente todas las valiosas muestras de pesar recibidas por el fallecimiento de mi padre, Juan Ruiz Suárez, cuyo sepelio y misa-funeral ofició el sacerdote Juan Molina, primo de mi madre, en la tarde del pasado lunes.

Desde su ingreso en el Hospital General Dr. Negrín (donde la atención fue muy gratificante en la planta 6ª, tanto A como B, por todo el personal), su capilla ardiente en el Tanatorio de San Isidro, su misa funeral en la Parroquia de Santiago Apóstol y finalmente su sepultura en el cementerio de San Isidro de Gáldar. A los trabajadores de Santa Lucia, por supuesto.

Agradecer especialmente al querido barrio de Nido Cuervo su vuelco hacia la familia, nada más enterarse del hecho.

Asimismo a los compañeros y amigos de los medios de comunicación que se han hecho eco y me han mostrado su pesar públicamente, asi como a través de wasap, Facebook, etc.

Quedó demostrado el cariño que sienten por la familia y mi padre, que recogió lo que sembró, que como dijo el sacerdote, nos enseñó a estar unidos en la felicidad y en la adversidad, a superarnos y sobre todo ser buenas personas.

Papá, siempre estarás en nuestros corazones, no te olvidaremos, te lo demostraremos cada día que estemos este mundo, gracias a ti, y obviamente, por mamá, a quien cuidaremos como lo has hecho muchos años.

UNA VEZ MÁS, GRACIAS A TODOS.